BENEDETTI OTRA VEZ

Páginas: 8 (1757 palabras) Publicado: 27 de abril de 2015
VAS CON LUZ
Moriste. Lo creí hasta el día en que en la T.V. vi tu rostro sereno descansando en el anfiteatro de una iglesia en Montevideo. Estás a más de cinco mil kilómetros de distancia y sin embargo, permaneces intacto y escurridizo en el corazón como la primera vez.
El poeta de la resistencia. Contigo pasaron cosas que le confunden el alma a uno. En esta cruel indiferencia de la vida, creo,espero, que la minoría que restamos por morirnos, seguiremos el ejemplo que brindaste de no claudicar. A estas horas en la oficina, cuando el mundanal ruido de una redacción de periódico no hace más que chistar tu nombre acompañado de la muerte, a mi me entran cientos de agujas en el pecho y digo, carajo, ahora sí en verdad tengo ganas de llorar.
A quién le importa un poeta más, los poetas seextinguieron quizá hace más tiempo que los dinosaurios, que Plutón o que la honestidad política. En qué ayuda que hayas dejado de respirar para los que odiamos el neoliberalismo, los formalismos y los histrionismos comunes.
También pasa que todos se cuelgan de ti y resulta que saben qué te moriste pero no que estabas muy enfermo… son pocas las llamadas sinceras. Todavía no lloro, aún está el sol ybusco un cable informativo que desmienta tu muerte. Gus llama para dar el pésame porque entre amigos hay que hacerlo y entonces esto sí va en serio. ¿Porque sabes? Uno se da cuenta que se viene la tragedia cuando comienzan las llamadas tristes, de los hombres dolientes, arqueados de tanto ardor. Pero tú mismo lo dijiste alguna vez mi querido corazón coraza: “la mejor manera de sobrellevar la muerte,es hacerle frente”.
Andan diciendo que ya pasó, ¡que ni modo! Pero creo que la única aceptación de tu partida, es que volverás a la Luz, con tu Luz, seguirás la Luz y eternamente estarás dentro de Luz. Ojos de abuelo sabio, risa de niño explorador, caminar vacilante y timidez absoluta. Chaleco tejido oscuro, se percibe tu asma sin saber siquiera que te viene rompiendo desde hace tiempo. Y fueronlos intestinos los que te doblaron pero ya lo sabíamos, aunque no tanto como tu exilio, que las hospitalizaciones de urgencia eran un simulacro, un amague, una advertencia de amor… una aviso para Luz de que no moviera nada de su bello rostro porque ya estabas caminando hacía ella.
Contigo me pasó lo infinito. Sé que eras absoluto creador del universo de miles de enamorados, que de alguna manera lepertenecías al mundo porque gran parte de éste se había formado de tu imaginación y yo me consideraba así.
Por eso te esperé siete horas en el café San Rafael, por la plaza Cagancha. Los Cafés eran tu sitio preferido, en ellos escribiste hasta cansarte. Por eso me quedé estupefacto cuando entraste junto a Luz y escogiste la mesa del fondo justo, curiosamente, cuando el medio día centelleaba ya nouna luz ocre, sino ambar que te daba de refilón en el rostro augusto y amoroso.
Porque tu irradiabas amor, se te notaba un arillo alrededor de tu cuerpo. Algo me arrastró a Montevideo más allá del simple hecho periodístico. Mis amigos de El País, ese mismo diario que estaba a la vuelta del San Rafael, en Zelmar Michelini, la calle con el nombre de tu entrañable amigo y líder político, me lodecían: “ahí desayuna o come a diario, si tenés suerte lo pescas ahí”, pero ‘cómo, -le reclamo a César Bianchi-, ¿no se vuelven locos al verlo tan cerca y él no hace nada’… -‘es que a muchos de nosotros nos gusta más Onetti’.
Pero ya me habían prendido la mecha y corrí entre los plataneros, las hojas que tapaban las coladeras, las calles sudorosas de un calor risueño y las ventanas abiertas expeliendopasión sólo para preguntar si al día siguiente estarías. ‘Y quizá’- dijo el cocinero-, ‘aunque vino hoy’.
El mesero se quedó viendo mi momificación. ‘¿Esperaste tanto tiempo y no le decís nada?’ fue el reclamo de ese hombre enjuto y alto que me acompañó siete horas hasta que te vi. Me guió con paciencia y de la emoción nunca supe preguntarle el nombre ni agradecerle.
Pediste Omelette, lo...
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