Boaventura 20de 20Sousa 20Para 20ampliar 20el 20canon 20democr C3 A1tico 20 Introducci C3 B3n
Boaventura de Sousa Santos
Leonardo Avritzer
Cuando recientemente le preguntaron a Amartya Sen cuál había sido el
acontecimiento más importante del siglo XX, él contestó sin dudar: el
surgimiento de la democracia (1999: 3). Con una visión más pesimista del
siglo XX, también Immanuel Wallerstein se preguntaba recientemente cómo
la democracia habíapasado de ser una aspiración revolucionaria en el siglo
XIX a un eslogan adoptado universalmente pero vacío de contenido en el
siglo XX (2001: 1). Estas dos posiciones, a pesar de ser muy divergentes,
convergen en la constatación de que la democracia asumió un lugar central
en el campo político durante el siglo XX. Si continuará ocupando ese lugar
en el siglo en el que ahora entramos, es unacuestión abierta.
El siglo XX fue efectivamente un siglo de intensa disputa en torno a la
cuestión democrática. Esa disputa, entablada al final de cada una de las
guerras mundiales y a lo largo del periodo de la guerra fría, abarcó dos
debates principales: en la primera mitad del siglo el debate se centró en
torno a lo deseable de la democracia (Weber, 1919; Schmitt, 1926; Kelsen,
1929; Michels, 1949;Schumpeter, 1942). 1 Si, por un lado, tal debate fue
resuelto a favor de lo deseable de la democracia como forma de gobierno,
por otro lado, la propuesta que se tornó la hegemónica al final de las dos
guerras mundiales implicó una restricción de las formas de participación y
soberanía ampliadas a favor de un consenso en torno a un procedimiento
1
Este debate se iniciara en el siglo XIX pues hastaentonces y por
muchos
siglos
la
democracia
había
sido
considerada
consensualmente
peligrosa y, por eso, indeseable. Su peligro consistía en atribuir el
poder de gobernar a quien estaría en peores condiciones para hacerlo:
la
gran
masa
de
la
población,
iletrada,
ignorante
y
políticamente inferior (Williams, 1976: 82; McPherson, 1972).
social
y
electoral para la formación degobiernos (Schumpeter, 1942). Esa fue la
forma hegemónica de práctica de la democracia en la posguerra, en
particular en los países que se volvieron democráticos después de la segunda
ola de democratización.
Un segundo debate permeó la discusión en torno a la democracia
posterior a la Segunda Guerra Mundial: se trata del debate acerca de las
condiciones estructurales de la democracia (Moore, 1966;O’Donnell, 1973;
Przeworski, 1985) que fue también un debate sobre la compatibilidad o
incompatibilidad entre la democracia y el capitalismo (Wood, 1996). 2
Barrington Moore inauguró ese debate en los años 60 a través de la
introducción de una tipología de acuerdo con la cual se podrían indicar los
países con propensión democrática y los países sin propensión democrática.
Para Moore, un conjunto decaracterísticas estructurales explicaría la baja
densidad democrática en la segunda mitad del siglo XX: el papel del Estado
en el proceso de modernización y su relación con las clases agrarias; la
relación entre los sectores agrarios y los sectores urbanos y el nivel de
ruptura
provocado
por
el
campesinado
a
lo
largo
del
proceso
de
modernización (Moore, 1966). El objetivo de Moore eraexplicar por qué la
mayoría de los países no era democrática ni podría llegar a serlo sino por el
cambio de las condiciones que en ellos prevalecían. Sin embargo, un
segundo debate se articulaba a los dos requisitos estructurales de la
democracia,
el
debate
sobre
las
virtualidades
redistributivas
de
la
democracia. Tal debate partía de la presuposición de que en la medida que
ciertos paísesganaban la batalla por la democracia, junto con la forma de
gobierno pasaban a usufructuar de una cierta propensión distributiva
caracterizada por la llegada de la socialdemocracia al poder (Przeworski,
2
Este
debate,
como
por
lo
demás
casi
todos
los
otros
sobre
la
democracia, había sido anticipado por Rousseau cuando afirmaba en el
contrato social que sólo podría ser democrática...
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