Bomba Iroshima

El bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki:
Una posible justificación desde la filosofía moral

Cuando se trata de tomar postura en las discusiones sobre asuntos bélicos, la mayoría de personas tomamos el camino fácil. Es decir, nos declaramos pacifistas, nos pronunciamos en contra de la guerra, y hacemos llamados a la busca efectiva de la paz mundial. Todo eso está muy bien para lasdiscusiones teóricas, que difícilmente causan muertes reales, pues los mayores percances que pueden traer son el enardecimiento de ánimos y la tensión en el ambiente con denuestos e injurias. En efecto, cuando se discute sobre hipotéticas guerras futuras, o maniobras posibles en guerras pasadas, lo más común es deplorar los males del conflicto y exaltar las bondades de la paz. Pero en los momentoscruciales de las guerras, los gobernantes, los altos mandos militares, y desde luego los soldados, todos ellos hombres de carne y hueso, se ven obligados a tomar resoluciones menos utópicas, pues ya no se trata de meras hipótesis sino de peligros efectivos: bombardeos inminentes, exposición al fuego enemigo, hambre, insomnio, desesperación, deshidratación, soledad, miseria, delirio, miedo, etc.Por supuesto, la filosofía moral debe propender por enseñar un trato digno entre los seres humanos. En un escenario ideal, no habría guerras ni asesinatos. Más aún, no habría siquiera disputas o conflictos de intereses. Pero la filosofía no puede quedarse en discusiones sobre lo ideal, pues de poco sirve una disciplina quimérica que no ayuda a resolver los problemas reales de la actualidad. Poreso, dado que el hombre ha estado en guerra desde tiempos inmemoriales, no conviene teorizar sobre su conducta ideal y pacífica, sino más bien buscar soluciones prontas a su belicosidad y carnicería. Son muy ciertas las palabras que al respecto pronunció Arthur Schopenhauer: «En la vida de los pueblos no nos muestra la historia sino guerras y sediciones: los años de paz sólo parecen cortas pausas,entreactos que surgen una vez por casualidad. Y asimismo, la vida del hombre es un perpetuo combate, no sólo contra males abstractos, la miseria o el hastío, sino contra los demás hombres. En todas partes se encuentra un adversario. La vida es una guerra sin tregua, y se muere con las armas en la mano» [El amor, las mujeres y la muerte: II, 100 – 101].
Creo que a la filosofía moral no lecorresponde la emisión de juicios de valor sobre los actos de guerra. En primer lugar, porque, como afirma Schopenhauer, la guerra ha sido una constante en la historia de la mayoría de pueblos del mundo. No se trata de un fenómeno esporádico o aislado, sino de algo que pareciera ser instintivo y connatural en el hombre. Y algo tan común y frecuente no va a terminarse a fuerza de repetirnos que es malo. Esoes algo más que obvio: la guerra es mala, si la comparamos con la paz. Y en segundo lugar, porque no todas las guerras son iguales. Es preciso tener en consideración los motivos por los que se pelea, los medios que se emplean en los combates, los fines que se persiguen, y las disposiciones que se toman una vez terminado el conflicto. Así pues, un análisis crítico de la guerra debe ir más allá delos juicios sobre lo bueno y lo malo; debe estar orientado a la comprensión de nuestra propia naturaleza humana, la explicación veraz de los sucesos, y la justificación, en la medida de lo posible, de la guerra misma. Cabe aclarar que la guerra es injustificable si se toma como punto de partida un estado de paz. Pero dicho estado es utópico, quizá nunca ha existido, y una vez enfrentado a larealidad del conflicto, bajo el peligro inminente de ser aniquilado, el hombre puede y debe defenderse. Que esa defensa sea legítima, es en última instancia lo más importante.
El caso del bombardeo atómico sobre Hiroshima, y después sobre Nagasaki, es bastante interesante para un análisis desde la filosofía moral. Consideremos los elementos que he puesto de relieve en el párrafo anterior. En primer...