Borrador de los primeros capítulos de meg 2
Páginas: 15 (3610 palabras)
Publicado: 1 de julio de 2010
SIN ESCAPE
Un fuerte nadador, Kevin rápidamente enderezó su cuerpo bajo el agua y emergió velozmente hacia la superficie. Con más frío que susto, miró hacia arriba, esperando que alguien apareciera sobre la baranda con una cuerda.
“Kevin, sujétate-” Devon vio el final de la cuerda de nylon atada a la baranda y comenzó a halar el salvavidas a lo largo de la cubierta. Agarrando eldispositivo de flotación, ella lo arrojó por sobre la borda.
El demonio como un fantasma había reaparecido. Brillando graciosamente en su costado, abrió su boca, su mandíbula inferior moviéndose silenciosamente bajo la superficie.
La sonrisa de Kevin desapareció en cuanto vio la expresión de terror en el rostro de su hermana. Volteó a mirar.
La cabeza de marfil, justo a sulado, a duras penas era visible. Una pequeña ola se acercó, revelando un hoyo negro en el mar, bordeado de cartílagos rosados y dientes filosos.
El pánico lo invadió. Ignorando el salvavidas, trató de alejarse nadando, pero una poderosa corriente lo arrastró, llevándolo hacia atrás en el agua.
Llevándolo hacia atrás dentro de la boca abierta del Megalodon...
LA
FOSA
Steve AltenPinnacle Books
Kensington Publishing Corp.
A Mamá y Papá,
por estar siempre ahí…
Agradecimientos
Es con un gran aprecio que agradezco a la maravillosa gente cuyo tiempo y esfuerzo ayudaron a la terminación de este libro.
Una vez más, debo a gradecer a mi representante y maestro, Ken Atchity, y a su equipo de Atchity Editorial/Entertainment Internacional por sus esfuerzosincansables. A David Angsten, quien trabajó tan duro en el manuscrito, y a Ed Stackler de Editorial Stackler, gracias a ambos por sus contribuciones. Un agradecimiento especial a Robert Leininger, cuyas sugerencias editoriales y experiencia técnica fueron invaluables.
Muchas gracias también a la maravillosa gente de Kensington/Zebra, especialmente al Editor Senior John Scognamiglio y a la copieditoraStephanie Finnegan. Es un placer estar asociado con su equipo.
Por último, a mi esposa, Kim, y a mis padres, por su apoyo continuo durante los tiempos difíciles; y a aquellos que disfrutaron “MEG” y se sintieron alentados a escribirme. Esta novela es para ustedes.
Steve Alten
PRESIONES PROFUNDAS
Fosa de Las Marianas
12 grados Latitud Norte
144 grados Longitud Este
Marzo 22, 2001El piloto retirado de la marina en inmersión a grandes profundidades, Barry Leace secó el sudor de las palmas de sus manos mientras revisaba el indicador de profundidad del Proteus. Treinta y cuatro mil, setecientos dieciocho pies. Casi siete millas de agua sobre sus cabezas, dieciseismil libras por pulgada cuadrada de presión de agua rodeándolos.
Dejemos de pensar en eso…Barry echó un vistazo alrededor del apretado cuarto del sumergible para cuatro personas. Pilas de monitores de computador, electrónicos y una inmarañable selva de cables llenaban el presurizado casco. El ataúd sumergible a duras penas tenía espacio para la tripulación.
Debajo de la consola de navegación, el Líder del Equipo Ellis Richards y su asistente, Linda Heron, permanecían asomados através de unas pequeñas escotillas en el piso de la popa del Proteus.
“¿Ves a esos animales con la piel de pelusa verde?” preguntó Linda. “Esos son gusanos de Pompeya, capaces de soportar variaciones de temperatura entre 22 y 81 grados centígrados. Las ventilas hidrotermales proveen sulfuro a las bacterias para subsistir, las cuales son digeridas por los gusanos de tubo—“
“Linda—““—los cuales son a la vez fuente de comida para toda clase de formas de vida de aspecto bizarro.”
“Linda, suficiente con la maldita lección de biología,” dijo Ellis.
“Lo siento”. Apenada, la bella geóloga giró hacia la escotilla cubriendo sus ojos con las manos para protegerse del brillo.
Sonriendo para sí mismo, el cuarto tripulante del sumergible, Khali Habash, miró...
Un fuerte nadador, Kevin rápidamente enderezó su cuerpo bajo el agua y emergió velozmente hacia la superficie. Con más frío que susto, miró hacia arriba, esperando que alguien apareciera sobre la baranda con una cuerda.
“Kevin, sujétate-” Devon vio el final de la cuerda de nylon atada a la baranda y comenzó a halar el salvavidas a lo largo de la cubierta. Agarrando eldispositivo de flotación, ella lo arrojó por sobre la borda.
El demonio como un fantasma había reaparecido. Brillando graciosamente en su costado, abrió su boca, su mandíbula inferior moviéndose silenciosamente bajo la superficie.
La sonrisa de Kevin desapareció en cuanto vio la expresión de terror en el rostro de su hermana. Volteó a mirar.
La cabeza de marfil, justo a sulado, a duras penas era visible. Una pequeña ola se acercó, revelando un hoyo negro en el mar, bordeado de cartílagos rosados y dientes filosos.
El pánico lo invadió. Ignorando el salvavidas, trató de alejarse nadando, pero una poderosa corriente lo arrastró, llevándolo hacia atrás en el agua.
Llevándolo hacia atrás dentro de la boca abierta del Megalodon...
LA
FOSA
Steve AltenPinnacle Books
Kensington Publishing Corp.
A Mamá y Papá,
por estar siempre ahí…
Agradecimientos
Es con un gran aprecio que agradezco a la maravillosa gente cuyo tiempo y esfuerzo ayudaron a la terminación de este libro.
Una vez más, debo a gradecer a mi representante y maestro, Ken Atchity, y a su equipo de Atchity Editorial/Entertainment Internacional por sus esfuerzosincansables. A David Angsten, quien trabajó tan duro en el manuscrito, y a Ed Stackler de Editorial Stackler, gracias a ambos por sus contribuciones. Un agradecimiento especial a Robert Leininger, cuyas sugerencias editoriales y experiencia técnica fueron invaluables.
Muchas gracias también a la maravillosa gente de Kensington/Zebra, especialmente al Editor Senior John Scognamiglio y a la copieditoraStephanie Finnegan. Es un placer estar asociado con su equipo.
Por último, a mi esposa, Kim, y a mis padres, por su apoyo continuo durante los tiempos difíciles; y a aquellos que disfrutaron “MEG” y se sintieron alentados a escribirme. Esta novela es para ustedes.
Steve Alten
PRESIONES PROFUNDAS
Fosa de Las Marianas
12 grados Latitud Norte
144 grados Longitud Este
Marzo 22, 2001El piloto retirado de la marina en inmersión a grandes profundidades, Barry Leace secó el sudor de las palmas de sus manos mientras revisaba el indicador de profundidad del Proteus. Treinta y cuatro mil, setecientos dieciocho pies. Casi siete millas de agua sobre sus cabezas, dieciseismil libras por pulgada cuadrada de presión de agua rodeándolos.
Dejemos de pensar en eso…Barry echó un vistazo alrededor del apretado cuarto del sumergible para cuatro personas. Pilas de monitores de computador, electrónicos y una inmarañable selva de cables llenaban el presurizado casco. El ataúd sumergible a duras penas tenía espacio para la tripulación.
Debajo de la consola de navegación, el Líder del Equipo Ellis Richards y su asistente, Linda Heron, permanecían asomados através de unas pequeñas escotillas en el piso de la popa del Proteus.
“¿Ves a esos animales con la piel de pelusa verde?” preguntó Linda. “Esos son gusanos de Pompeya, capaces de soportar variaciones de temperatura entre 22 y 81 grados centígrados. Las ventilas hidrotermales proveen sulfuro a las bacterias para subsistir, las cuales son digeridas por los gusanos de tubo—“
“Linda—““—los cuales son a la vez fuente de comida para toda clase de formas de vida de aspecto bizarro.”
“Linda, suficiente con la maldita lección de biología,” dijo Ellis.
“Lo siento”. Apenada, la bella geóloga giró hacia la escotilla cubriendo sus ojos con las manos para protegerse del brillo.
Sonriendo para sí mismo, el cuarto tripulante del sumergible, Khali Habash, miró...
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