Buenos Aires
En la práctica, y desdela implementación misma de la unión aduanera en 1994, tanto Brasil como la Argentina utilizaron mecanismos no arancelarios para controlar los flujos de comercio de determinados productos sensibles.
Hasta aquí, siempre se recurrió a los canales diplomáticos y los instrumentos que ofrece el Mercosur para solucionar las diferencias.
Sin embargo, en febrero último la Argentina extendió elsistema de licencias no automáticas(LNAPI) para desincentivar la importación local y revertir así el rápido deterioro del superávit comercial. El fin último apunta a cuidar la salida de divisascomerciales en un contexto de fuga de capitales, para evitar tensiones cambiarias.
El problema es que el país más perjudicado es Brasil, pues un tercio de las importaciones totales afectadas por la nuevamedida provienen desde ese mercado. En particular, antes se controlaba por este régimen sólo 8% de las compras argentinas en aquél país, pero con la reciente extensión se interviene sobre 21% del totalimportado desde el principal socio del Mercosur.
Nunca antes la represalia comercial de Brasil fue tan severa: impuso licencias no automáticas al ingreso de automóviles nuevos. Si bien la medidaafecta a todos los países proveedores, la Argentina es el más dañado.
Estos productos son los más importantes en las exportaciones totales a Brasil (25% del valor total) y los envíos argentinosexplican prácticamente la mitad de las importaciones de automóviles que realiza Brasil en el mundo.
Para peor, en lugar de encauzar el problema en ámbitos adecuados (mensualmente ambos países se...
Regístrate para leer el documento completo.