Bulimia nerviosa

BULIMIA NERVIOSA: LA HISTORIA DE SANDY

He estado atracándome y vomitando durante años, al menos desde la universidad – recuerda Sandy, que ahora tiene 30 años -. Siempre fui de buen comer, y siempre he tenido ciertos problemas de peso, pero antes de marcharme de casa me las arreglaba para mantenerlo bajo control. Hacia mucho ejercicio, y algunas veces sentía dietas realmente estrictas peroluego volví a lo que yo llamaba comer “normal”, que para mi podía ser comer una barra de pan de una vez, medio litro de helado, o dos o tres bolsas de patatas fritas. Había ciertas clases de comida, que una vez comenzaba a ingerirlas, simplemente no podía parar. De manera que trataba de mantenerme apartada de esas comidas, hasta que por fin perdía el control y me volvía loca.

Pero las cosascambiaron cuando comencé la universidad. Había sido una estudiante sobresaliente en el instituto, algo de lo que me sentía realmente orgullosa. Luego me fui a la universidad, donde todos los chicos habían sido sobresalientes en el instituto. De manera que ya no era una estrella. Además el trabajo en la universidad era duro. El instituto había resultado fácil, me las arreglaba para obtener buenascalificaciones a la vez que tenia montones de amigos, incluso novios, pero en la universidad, tenía que conformarme para obtener la clase de calificaciones a las que estaba acostumbrada, y algunas veces no conseguía obtenerlas. No me encontraba preparada para eso.

Y luego, por supuesto, estaba la comida. Dicen que la comida de la universidad es mala, pero yo estaba en una universidad en la que lacomida era bastante buena. – Sandy ríe tapándose la boca -. Creo que siempre he sabido donde sirven buena comida. Y por si eso fuera poco, mi universidad tenía un fondo destinado a helados. Era el sueño o la pesadilla de una bulímica; depende de cómo se mire. Y por supuesto, para colmo de desgracias, había máquinas expendedoras en la residencia y una tienda de comestibles abierta toda la noche, soloa una manzana del campus.

Simplemente no había manera de resistir todo eso – explica Sandy, cuya figura de 1.67 metros y 59 kilogramos, no daba indicios de su lucha con la comida -. Ahora, cuando recuerdo todo eso, pienso que si no hubiera tenido tanta nostalgia, si no me hubiera sentido solo una más de la multitud, con nada especial que me hiciera destacar… ¿quién sabe? Pero entonces me digoque tiene que haber habido otros factores, porque todo el mundo pasa más o menos por lo mismo, y solo conozco a unas pocas personas que hayan hecho lo que yo hice.

Lo que Sandy hizo fue comer más y más, en episodios que se hicieron cada vez más frecuentes a medida que aumentaban sus sensaciones de estrés.

Mi habito de atracón y vomito comenzó cuando una noche fui a la cafetería del campus conuna amiga. Asistíamos juntas a una clase y habíamos estudiado para el examen de mitad del trimestre, que sabíamos iba a ser muy difícil. Para colmo de males, ambas íbamos un poco atrasadas en esa clase, de manera que nos sentíamos muy nerviosas.

Estudiamos un par de horas, y luego decidimos tomar algo en la cafetería del campus antes de que cerrara. Ya habíamos cenado. Cuando me senté y leí elmenú, comencé a sentir hambre. Todo el menú parecía bueno… podía haberme comido todas esas estúpidas cosas. Le dije a mi amiga: “siento realmente hambre, ¿sabes?. Voy a tomar una hamburguesa con queso, patatas fritas y un batido de chocolate. Y una porción de aros de cebolla”. Francine soltó una risita tonta y dijo: “eso sueno muy bien, yo tomaré lo mismo” de manera que pedimos dos de todo.Nos sentíamos como cómplices de un crimen. Seguimos riéndonos tontamente y diciendo: “no puedo creer que esté haciendo esto”, “mañana tendré que privarme de comer”, “me siento tan llena, me estoy poniendo enferma”, pero seguíamos comiendo. Se convirtió en una especie de juego. Cuando acabamos, y créame que acabamos con todo, Francine me miró y me dijo: “lleguemos al límite, pidamos una pizza”. Yo...