Camino Al Eterno Mineral


Camino al eterno mineral, inaudible pero presente en la presencia de todas las cosas y los seres. Atravieso capas y capas de aire que sin resistencia me recibencomo el buen amante que es, ha sido y sera. Todas las sales que se concentran en mi paso, en mi sangre, se rebelan en una oleada de estupor de la conciencia. Nada soy masque este sonido que se escucha al alba. Piso una capa de tucuruguay y me pregunto a que otro sonido se parece y no encuentro la respuesta. La ciudad se despierta. Delcanto de pajaros con que se recibe la aurora pasa irremediablemente, sentencia de todos los días, a una eee que escriben los carros en el vasto pentagrama de mi ciudad.La negrura cede paso a la memoria de Homero cuando veo alumbrar a lo lejos, la aurora de rosados dedos. Y me cuento otra vez la fortuna de estar aquí para comulgarcon su presencia. Mi ciudad suena a e. Y crece a lo largo del dia, hasta que, desfallece como a las nueve de la noche. No es cualquier e. Va de e a E, luegoinvoluciona hasta desfallecer en el bendito silencio que sana del grito montaraz que asalta al menor descuido. Es una e muy parecida a cuando la tv o el radio no sintonizaningún canal. Eso que dicen es el resabio del big bang. Esta E, fecunda e inspiradora, tiene su mr. Hyde cuando se transforma en un grito estentóreo que te desvalija depaz en un café, o en la misa, en un concierto o en una conferencia. Creo que es parte de una sordera colectiva donde desterrramos al Otro, para cometer el pecadooriginal de escucharnos a nosotros mismos en nuestro propio paraíso. Si todo ello culminara en algo grato, bien, pero caras graves y solitarias pululan por doquier.