Capitulo 25 De Maquiavelo

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CAPITULO XXV
DEL PODER DE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS Y DE LOS MIEDOS PARA OPONERSELE.

Las cosas del mundo están regidas por la fortuna y por Dios, de tal modo los hombres másprudentes no pueden modificarlas; y, más aun, que no tienen remedio alguno contra ellas, de lo cual podría deducirse que no vale la pena fatigarse mucho en las cosas, y que es mejor dejarse gobernar porla suerte.
Esta opinión ha gozado de mayor crédito en tiempos cuando los cambios son extraordinarios, fuera de toda conjetura humana, que se haya visto y que se vea todos los días, sin embargo a finde que no se desvanezca nuestro libre albedrio, es cierto que la fortuna es juez de la mitad de nuestras acciones, o poco menos, y se puede comparar con un río antiguo cuando se embravecen, inundanlas llanuras, derrumban los árboles y las casas, arrastran la tierra de una sitio para llevarlo a otro. Y aunque esto sea inevitable, no es justificación para que los hombres, en épocas en donde no haynada que temer, tomen sus precauciones con diques y reparos.
Así sucede con la fortuna, que se manifiesta con todo su poder allí donde no hay virtud preparada para resistirle y dirige sus ímpetusallí donde sabe que no se han hecho dique ni reparos para contenerla.
A más detalle, porque un principe que hoy vive en la prosperidad, mañana se encuentra en la desgracia, sin que haya operado ningúncambio en su carácter ni en su conducta; esto se debe a que en primer lugar en que el principe confía ciegamente en su fortuna perece en cuanto esta cambia, creo que es feliz cuando el que concilia sumanera de obrar con índole de las circunstancias, y que del mismo modo es desdichado el que no logra armonizar una cosa con la otra, se observa de dos hombres, para llegar al fin que se proponen,esto es, a la gloria y las riquezas, se observa de los hombres cautos , el que uno llegue a su propósito y el otro no, y que tienen igual fortuna dos que han seguido caminos encontrados, procediendo...