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Algunas consideraciones a la Ley de Servicios Audiovisuales
Un análisis desde la libertad de expresión

I) Título Primero. Disposiciones generales:
Cap 1., arts. 1,2 y 3.
En estos artículos se establecen objetivos que pueden ser compartidos. Sin embargo estas declaraciones entran contradicción con el resto del articulado. El pluralismo, la promoción, la desconcentración, la competencia enel ámbito de los servicios audiovisuales, la profundización del federalismo, la integridad de los derechos de la persona humana, etc., no son consecuencia de declaraciones en la ley sino producto de acciones concretas e instituciones adecuadas. Ya Hamilton en El Federalista (1787) nos enseñaba que más útil que el catálogo de derechos era el diseño de una buena estructura institucional.
Ladesconcentración y el aumento de la competencia entre los prestadores del servicio (art.1) no alcanza por sí solo para garantizar el pluralismo. Exige un árbitro neutral e independiente; de lo contrario podrá haber muchos medios pero la actividad estará concentrada. Pluralismo de propietarios no equivale a pluralismo de ideas. En general, para acceder a un medio audiovisual de mediano alcance se necesitacontar con una cantidad considerable de recursos, no al alcance de todos. Si no existe un árbitro neutral y un diseño institucional apropiado, el resultado es el empobrecimiento de la discusión. Gargarella nos pone el ejemplo de poderosos empresarios católicos que deciden retirar su apoyo publicitario de una o más emisoras que comienzan a discutir temas vedados por la Iglesia. Es razonable pensarque éstas retiren el debate y, luego, la discusión pública empobrecida[1].
La profundización del federalismo implica reconocerles a las provincias su soberanía política, su capacidad de decisión autónoma; distinto a obligarlas a participar de órganos en cuya creación y discusión no participó (art.16.1) o federalizar recursos que son propios de las provincias o de los municipios, como los mediosde expresión por cable (art. 75inc.22, art.32 C.N.).
La enumeración de los derechos humanos del art.3 resulta superflua frente al art.75 inc.22 de la Constitución Nacional que le da jerarquía internacional a diez instrumentos internacionales en la materia y declara a todos los otros de los cuáles la Argentina es signataria con jerarquía supralegal. Nunca el Congreso de la Nación podría aprobarnorma alguna que fuera contraria a dichos valores. Sin embargo, la redacción de este art.3, entra en conflicto con la normativa superior. Así, por ejemplo, obliga a las prestadoras privadas a adecuar sus contenidos más allá de lo permitido por la Convención Americana de Derechos Humanos (art.13) que sólo admite aquellas regulaciones tendientes a asegurar los derechos o la reputación de los demás,la seguridad nacional, la protección de la infancia o a evitar la guerra o la discriminación.
Además, este art.3 es contradictorio con la regulación que de las frecuencias hace la ley. El espacio radioeléctrico, por su carácter limitado, puede ser regulado a los fines de su mayor y mejor aprovechamiento. Pero esta competencia no puede extralimitarse sin violentar, también, los proclamados derechoshumanos, en especial, el derecho a la libertad de expresión. Una distribución de las frecuencias que concentra en lo oficial y reduce sensiblemente el espectro para los medios privados puede configurar censura indirecta. Así, la misma Convención de Derechos Humanos (art.13) prohíbe “restringir el derecho a expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales oparticulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas…”
Asimismo, resulta vacío de contenido el inc. l) en cuánto propone “regular el espectro radioeléctrico en base a criterios democráticos y republicanos. Por supuesto que defiendo las ideas democráticas y republicanas. Pero para que dejen de ser simple declamaciones se las debe traducir en decisiones concretas. La democracia exige...