carta a un maltratador

Lunes, 6 de la tarde, suena el teléfono, lo escucho en silencio, es tu hora libre. Martes, 6 de la tarde, vuelve a sonar el teléfono, vuelvo a guardar el mismo silencio, un silencio en el que lepido a mi madre, que nos vigila atenta, fuerza y paciencia y un poco de inspiración para que me ayude a encontrar la manera de decirte que no quiero oírte, verte, ni recordarte. No quiero volver allamarte papá ni pensar en ti porque sencillamente no te lo mereces. Y creo que es ésta la manera más sutil porque si cogiese el teléfono, no sé de lo que sería capaz, pero tampoco quiero imaginarlo porqueentonces me estaría pareciendo a ti. Tres semanas llamando y no has tenido ninguna respuesta. Fue en aquel momento en el que le levantaste la mano por primera vez, y ella que tanto te quería se callóporque lo consideró poco importante, porque quería mantenernos unidos. Hace años mamá me enseñó que había que perdonar pero a día de hoy, me entristece decir que aún me queda mucho por aprender, queno aprendí nada. Nada porque no podré olvidar esos gritos de dolor de una madre. Nada porque ella pensaba que cambiarías, intentó hablar contigo, después de unos meses volvió paz a la casa y todo elloporque te amaba. Nada porque se dio cuenta de que no podía seguir mientras tú siguieses igual e hizo las maletas, nos sacó de casa dejándote una nota de despedida, nos fuimos lejos y cada noche, mesentaba con ella a curarle sus heridas. Nada porque no fue suficiente la separación, tenías la posibilidad de volver a empezar una nueva vida y nosotros también, pero no quisiste y fuiste a buscarnos yla encontraste a ella sola. La mandaste al hospital donde no le faltaron un solo día, donde todos veíamos tan cerca el final. Y de todo esto, lo que más me duele es no haber cumplido mi promesa deprotegerla, de hacerla sonreír todos los días. ¿En qué pensabas? ¿Cuánto odio podía haber en tu interior? ¿Cuánto queda todavía? Mejor no me contestes a mí, no nos hables ni nos busques. Mi hermana...