Cementerio

Fanny, ese era el nombre de real de mi bisabuela, ita como le decíamos de cariño, una mujer amante del bolero, madre consagrada y abuela alcahueta. Mujer de muchas amigas y pocos enemigos, dejó el mundo de los vivos hace un año y hace unas semanas, específicamente un sábado, faltándome dos días para la entrega y sin nada, sin la menor idea de que haría, fue quien me hablo, a través de suúnica hija, mi abuelita para escribir esta crónica.
En el bus de regreso a casa después de mi clase semanal de natación, mi cabeza daba vueltas y vueltas, tenía un vacío mental que me estaba enloqueciendo. Por mi mente pasaban temas tan aburridos como la vida y obra de algún periodista, el tráfico de Bogotá, la venta de libros en la Jiménez pero ninguno lograba convencerme.
Apunto deenloquecerme, y luchando por leer un artículo para clase, mi pensamiento muere, y no lo vuelvo a recuperar. Solo el sonido del celular, es capaz de hacerme reaccionar. Contesto y es mi abuelita, quien como una madre preocupada, me pregunta que en donde estoy, “saliendo de natación, cerca al portal norte” le contesto. A mi abuelita se le corta la voz, se escucha un pequeño sollozo, recuerdo lo que debírecordar segundos atrás y lo único que ella es capaz de pronunciar es “no se te olvide que por ahí esta tu ita, mándale un beso a mi mami, que estas mas cerquita y reza un padre nuestro por ella por favor”,
Y fue en ese momento, en esa frase, que encontré la respuesta a mi pregunta, La muerte, esa situación que a muchos fascina, pero pocos quieren sentir cercana, situación que se asociafácilmente con palabras como miedo, dolor, angustia, y hasta curiosidad, pero muy pocos la ven, como sustento.
Decidí no empezar este recorrido como muchos otros recorridos sobre la muerte en medicina legal, no por miedo, sino porque precisamente es ese sitio al que se le asocia más fácilmente, porque es el sitio en donde la violencia se muestra, se hace evidente.
No quise ver y mostrar eldeceso de alguien como algo doloroso y traumático, que se tiende a ver como un castigo y no como un proceso natural humano. Quise cambiar la percepción de la muerte a la que nos acostumbramos en Colombia y en Bogotá, por eso decidí iniciar en una oficina de un jardín cementerio, muestra fehaciente de los estratos y las discriminaciones que se evidencian hasta en la misma muerte.
Un jardíncementerio es un parque, ubicado generalmente a las afueras de una ciudad en donde además de encontrar naturaleza, son enterrados cientos y miles de cadáveres. (Ciencia, 1997) Los jardines cementerio, cabe la pena aclarar no son un servicio al cual se pueda hacer acreedor cualquier mortal, por sus costos principalmente.
Decidí empezar mi crónica en ese preciso sitio, en el lugar donde muchosterminaban. Me acerque a las oficinas y mientras esperaba que alguien pudiera darme información, una de las recepcionistas se acerco y me dijo que tenia que hablar con el señor Fernando Molina, si quería hacer entrevistas. Me imagine un hombre con corbata, sentado detrás de un escritorio, que me daría una carta.
Cuando entré a la oficina, me encontré con muchacho de unos 25 años transcribiendoun certificado de defunción, junto a el un hombre con botas de caucho y hablando por celular, con un leve olor a barro, los salude y me dirigí al joven preguntándole si era el señor Fernando. El casi apenado me dice, “no ya quisiera, pero no, es el ” señalándome al hombre que estaba junto a él.
Don Fernando Molina, es un gran hombre pero de poca estatura, tiene una hija que adora con toda sualma, trabaja hace más de 20 años trabaja en el cementerio jardín, lugar en el que está desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde generalmente, cuando nada extraordinario ocurre, y al que le ha entregado gran parte de su vida.
La primera vez que lo vi, en esa oficina pensé que era uno más de los jardineros, quienes podan y arreglan los lotes, pero que equivocada estaba. Sin previa...