Choris

Asesino a lluvia

Las gotas se sentían chapotear en los techos. Rick pegaba su rostro a la empañada ventana; cuando la lluvia paro, a eso de la madrugada saco una pesada bolsa al jardín, casi arrastrándola la dejo al lado del tacho de basura.
A la mañana siguiente, el gallo del vecino como todos los días cantaba al Sol, quince minutos antes de que el despertador sonara. La misma rutina secumplía todos los días, Rick se levantaba, con su bata y taza de café salía al jardín a levantar el diario. Y si, ahí estaba, su odioso vecino, el dueño de la maldita ave cantora de las mañanas y su horrible perro salchicha, el cual olfateaba con su hocico una bolsa negra. Rick lanzo su café sin importarle que cayera sobre sus amadas petunias -¡Fuera de ahí! -gritó Rick desesperado, agitando los brazo-¡Saca a tu maldito perro de ahí Connors, deja de meterte en mi jardín a robarme el diario! -le arrebató el diario con mucha agilidad, se dio media vuelta y comenzó a caminar a paso firme hacia su casa. -¡Hey! Espera Rick -grito el Sr. Connors, agarrando a su mascota bajo el brazo con mucha dificultad, debido a que el perro no dejaba de moverse. Rick se detuvo un instante, casi robóticamente, sedio vuelta con mucha seriedad y lo miró, -¿Qué quieres ahora? -preguntó con cara de pocos amigos, -Solo quería preguntare si María ya había mejorado de su resfrió, hace tiempo que no la vemos por el barrio -contestó el Sr. Connors, -No es de tu incumbencia lo que le sucede, asique ya puedes irte -dijo Rick cortante y emprendió nuevamente su camino hacia la puerta, la que cerró con un golpe.
A latarde, Rick decidió guardar la bolsa que estaba al lado del tacho de basura en su garaje, no quería más problemas con su vecino. El Sr. Connors espiaba desde su ventana junto al cuadrúpedo en brazos.
La media noche era anunciada por un viejo reloj de agujas, ya Rick acostado leyendo su libro favorito, sintió ruidos en la parte de abajo; tomo su baja y se calzo las pantuflas, bajo las escaleras,abrió la puerta del garaje… ¡Vaya sorpresa! Un hombre calvo con su pequeño perro estaban a punto de abrir un viejo freezer que aun funcionaba, al sentir los pasos de Rick, el hombre y su perro se detuvieron. -¡Connors! ¿Qué diablos haces aquí, maldito imbécil? –gritó Rick desesperadamente, cerrando el freezer de una patada, el Sr. Connors atónito por lo que había visto ahí dentro, sin emitir ningúnsonido corrió junto a su perro en dirección a su casa. Rick estaba tan nervioso que se tumbó en el piso, recostándose contra la pared, tembloroso, ya no se sentían los latidos de su corazón de lo rápido que iban; no decidió volver a la cama, tomo su hacha de la pared, una bolsa y su pilot, la lluvia comenzaba a caer lentamente.
El Sol se asomaba tímidamente por el horizonte, Rick dormíatranquilamente en su dormitorio, faltaban quince minutos para que sonara su despertador, todo siguió con calma hasta que con un sonido aturdidor el reloj marco las 7.00 am. Como todos los días cumplía su rutina, bata y café en mano Rick fue a buscar el diario al jardín, esta vez el Sr. Connors no andaba al asecho, ni siquiera había señales de su perro; al entrar a su casa, Rick comenzó a preparar elalmuerzo, pollo al horno con papas, el olor abundaba la cocina, la puerta sonó. Al abrir, Rick no se sorprendió al ver quien estaba del otro lado, era el Sr. Connors. -¿Qué precisa? –preguntó Rick con seriedad –Que… quería venir a pedir disculpas por lo de anoche –tartamudeo Connors nervioso –Despreocúpese, pero espero que no suceda de vuelta –contesto Rick ya casi cerrando la puerta -¡No! Espere porfavor, mi perro y mi gallo han desaparecido la noche pasada, capaz usted los ha visto –contestó tan apresuradamente que casi ni se le entendía lo que decía –No, no vi nada –contestó Rick y le cerró la puerta en las narices.
Esa misma noche, Rick saco la basura al jardín, un hombre lo observaba desde la ventana, el pasto estaba tan mojado por la lluvia, que hizo que se resbalara y que la bolsa...