Comite civico xel ju

Universidad Diego Portales.
Escuela de Historia.
Cátedra: América III.
Profesora: Hilary Hinner.
Ayudante: Soledad Martin.

Reivindicación y Descentralización; análisis sobre el surgimiento y consolidación del Comité Cívico Xel-Jú.

Catalina Bianchi
Nicolás Cárcamo
Felipe Larenas
Sgto. Jueves 17 de Julio de 2008

“Llevo 25 años de estar casada, tratando de llevar una vida recta yhonesta, y se ha mantenido eso en mi matrimonio, hemos sabido comprender nuestras diferentes ideas a pesar de que yo soy evangélica y el es maya.
¿Qué diferencia existe entre el católico, el evangélico y el maya?
El evangélico cree en Dios, el católico cree en las imágenes y el maya no lo conozco.
¿Pero usted es maya?
No, yo no soy maya, soy evangélica.
¿Pero usted lleva el traje?
Sí, porquesoy indígena.”

Entrevista a funcionaria del Xel – jú
Gemma Celigueta Comerma p.76.

La realidad política dual: guatemalteca en la segunda mitad del siglo XX.
Las organizaciones indígenas de masas, nacen en un período de agitación general, y de un énfasis por el rol y protagonismo del indígena, así como de su lugar en tanto actor social como una reivindicación hacia el olvido en el queestuvieron sumergidos por estructuras mentales coloniales, perpetuadas tanto por el Estado como por la Sociedad Civil, y reflejadas en la estructura social, y aún en la económica. Este proceso de Larga Duración, en todo caso, cristaliza en algunos puntos culmines del siglo XX, particularmente desde la segunda mitad, dado el contexto internacional, en donde, precisamente, y con casos clave como elcubano, hay nuevos actores sociales disputando la mismísima práctica del poder político. Al menos desde la década del 60, la situación toma un giro especialmente tenso, caracterizándose por gobiernos militares de corte represivo, y donde el mismo civilismo estaba cooptado por las doctrinas anti-subversivas.
La acción política participativa es puesta en tela de juicio por su escasa efectividad a lahora de representar un desagüe real de las necesidades y demandas de grandes masas apartadas de cualquier toma en las decisiones. Los focos guerrilleros, que se desprenden de vertientes como la cubana, buscan en ésa acción directa una opción –o la opción- de conseguir voz, de canalizar demandas, y, sobre todo, de reestructurar el tramado social a su favor, buscando enrostrar permanentemente lacondición de oprimidos, otorgando a la guerrilla el papel libertador.
En esta situación, donde la institucionalidad es deslegitimada y abandonada como una solución factible, o al menos potencial, se genera una dualidad, una polarización centrada en la guerrilla, y quienes seguían los métodos políticos establecidos:
“Ya para 1970 la presencia insurreccional, a la vez indesarraigable e incapaz deavances decisivos, parecía tan permanente como los regímenes militares surgidos de elecciones amañadas, que seguían manteniendo la ferocidad de sus tácticas represivas”
La posibilidad del comité cívico, del municipio como un ente funcional –en tanto representación-entonces, se inicia en la vorágine de esta bipolaridad, como un guiño de apertura a otras vías. Sobre todo, considerando la postura delEstado respecto a los territorios indios, entendidos no sólo como focos conflictivos, sino también como responsables del atraso económico del país, de ahí la preocupación por las regiones en un sentido económico como política de Estado desde fines de los 50:
“Las constituciones de 1956 y 1965 mantienen la autonomía municipal pero se trata de una autonomía “técnica”. En 1957 se crea el Instituto deFomento Municipal para canalizar préstamos y recursos financieros a los municipios”
Aquí, que el Estado se haga responsable de los territorios tiene un alto contenido racista más allá de su cosmética apariencia benefactora.
Y es que el ser indio es un tema que carga con la discriminación al otro por toda América Latina. El fenómeno de la Ladinización es un tema recurrente de identidad (al...