COMO SI ESTUVIERAS JUGANDO Por Juan José Hernández

Páginas: 6 (1472 palabras) Publicado: 21 de enero de 2016
COMO SI ESTUVIERAS JUGANDO Por Juan José Hernández
Asustada, viendo desde una esquina hacia la ventana, por primera vez se alejaba de la casa en donde vivía y veía el monte de algarrobos donde su hermana cazaba hormigas para comérselas.
Frida no conocía el pueblo. Pasaba largas horas sentada sobre una lona. La abuela solía marcharse de la casa: iba a curarle el dolor de muelas a su comadrita,a preguntar si había correspondencia en la estafeta, a comprar provisiones en el almacén. La hermana estaba en el monte. Ella quedaba sola, jugando con su caja de zapatos llena de juguetes. Aburrida, hacía globitos de saliva con la boca, poco a poco se dormía.
Pero aquel viernes era el día de la apreciación de los chicles, y a su abuela se le había ocurrido hacer un juego entre Frida y su hermanaKaren, en el que tenían que contar chistes.
-Ya sabes, Inesita, como si estuvieras jugando- le dijo la abuela antes que iniciaran. Y le alcanzó el tarro de conservas vacío.
Dos veces por semana, martes y viernes, la abuela y su nieta iban a hacer zumba. Cuando volvían, al anochecer, la abuela sacaba del bolsillo de su delantal los pesos arrugados, que después alisaba con la uña del pulgar.
AFrida le hubiera gustado que la llevaran con ellas. Su abuela le decía:
-Más adelante. Cuando hayas crecido.
Frida tenía cinco años. Era nerviosa, enclenque. De repente se le aflojaban las piernas y caía sentada. La nieta Karen se reía y ella se incorporaba y de dejaba caer de nuevo, feliz de divertirla. Quería a su hermana, aunque la mortificara a menudo. “Si abría la boca y cerráis  los ojos tedoy un caramelo”, le decían. Frida aguardaba un rato, con la boca abierta, el caramelo que resultaba ser la pluma de un pájaro o una hormiga, nunca recibió un dedo porque ella sabía morder. Pero muy pronto descubrió el modo de vengarse: le bastaba lanzar un chillido para que la escoba o la zapatilla de la abuela fuese a dar contra la cabeza de su hermana. “Grita porque tiene ganas, abuela. No lehemos hecho nada”, decía. La abuela tenía a su nieta abrazándola, murmuraba:
-Para eso sirves: para dar disgustos. No la puedes ver tranquila.
Ella, que ya sabía leer, conservaba el libro de primero superior y antes de acostarse deletreaba algunas lecciones. Frida, a fuerza de escucharla, las había aprendido de memoria; tomaba el libro con sus manos y fingía leer. Cuando terminaban la sopa, laabuela las mandaba a la cama. Dormían las 2 juntas en una sábana. Las noches eran frescas, silenciosas. La abuela, sentada junto a la ventana, armaba cigarros y tomaba dulces. Afuera se extendía el campo árido bajo la luna. Ayer había pasado un gato negro a esta misma hora: alguien estará por morir”.
“Se va a morir”, pensó la abuela cuando Aidee le entregó la criatura envuelta en una colcha. Aidee erasu hija. No la veía desde una tarde de marzo, cuatro años antes, en que Aidee fue a la ciudad para trabajar poco después que muriera su marido. A la abuela no le importó cuidar de sus hijas. Se parecían al padre, un hombre fuerte, peón de ferrocarril, que vivió con su hija en una pieza de madera y techo de zinc, detrás de la estación.
El hombre tuvo la mala suerte de emborracharse un domingo yquedarse dormido sobre las vías. Aidee volvió a la casa de la madre, con sus hijas. En el andén de la estación conoció a la señora que le ofreció un empleo. Aceptó sin vacilar Aidee se fue a trabajar a la ciudad. Durante más de cinco años no volvió a ver a su madre, ni a sus hijas, pero todos los meses enviaba una carta con un billete de diez pesos. En esas cartas, escritas probablemente por laseñora de la casa, nunca había mencionado el nacimiento de Frida.
-Se la traigo porque allá no quieren ocuparme con la criatura.
La abuela observó con atención a su nieta, que dormía envuelta en una colcha. “Se va a morir”, pensó con frialdad. Después, cuando Frida abrió los ojos:
-Tiene cara de cabrito -dijo.
Aidee le explicó que Frida había quedado así de flaca con la recaída del sarampión.
-No...
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