componente del poema
Octavio Paz
sonetoInmóvil en la luz, pero danzante, tu movimiento a la quietud se cría en la cima del vértigo se alía deteniendo, no al vuelo, sí al instante. Luz que no se derrama, ya diamante,detenido esplendor del mediodía, sol que no se consume ni se enfría de cenizas y fuego equidistante. Espada, llama, incendio cincelado, que ni mi sed aviva ni la mata, absorta luz, luceroensimismado: tu cuerpo de sí mismo se desata y cae y se dispersa tu blancura y vuelves a ser agua y tierra oscuraque no te alcance de días, y de tus caballerías, por descendiente de la alba, se está rïendo lamalva, cabellera de un terrón. Rosal, menos presunción donde están las clavellinas, pues serán mañana espinas
Sor Juana Inés de la Cruz
REDONDILLAS
Hombres necios que acusáisa la mujer sinrazón,sin ver que sois la ocasiónde lo mismo que culpáis:si con ansia sin igualsolicitáis su desdén,¿por qué queréis que obren biensi las incitáis al mal?Cambatís su resistenciay luego, con gravedad,decísque fue liviandadlo que hizo la diligencia.Parecer quiere el denuedode vuestro parecer locoel niño que pone el cocoy luego le tiene miedo.Queréis, con presunción necia,hallar a la que buscáis,parapretendida, Thais,y en la posesión, Lucrecia.¿Qué humor puede ser más raroque el que, falto de consejo,él mismo empaña el espejo,y siente que no esté claro?Con el favor y desdéntenéis condición...
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