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Un cielo inusual cubre un pequeño pueblo próximo el cabo san Román, el punto más septentrional de Venezuela. Por ser una lugar costeño, suelen tener cielos propios de las regiones tropicales peroesa tarde todo fue muy distinto para sus habitantes, el cielo vespertino pasó de ser un azul celeste a un escenario totalmente caótico. Se torno oscuro, la brisa arremetía, las olas inclementesazotaban la Costa. Desde el norte se podía divisar una enorme tormenta que se aproximaba velozmente. En cuestión de minutos se emitió una orden de evacuación. Todas las familias de la localidad empezarona huir, Reinaba la ansiedad y desesperación. Rápidamente el pueblo quedo desolado a excepción de una joven pareja de escasos recursos que viva en la casa mas cerca de un pequeño mirador, el Hombredesesperado luego de empacar las pocas pertenencias de valor va a toda prisa a buscar a querida esposa, esta se encontraba parada en el frente de la humilde casa, era una mujer de 1.75 cm de alto,piel bronceada, ojos de un color aguamarina, de aproximadamente 23 años, un cabello rubio rizado y con una hermosa silueta en su abdomen. Estaba embarazada. La futura madre se hallaba estática con unamirada perdida hacia el norte, justamente hacia la tormenta que se avecinaba. El desesperado hombre le gritaba a su esposa.
¡HELENA! Ya es hora de partir, todos ya se han ido. Que haces parada allí,vamos.
Ya que no obtuvo respuestas, el hombre la vuelve a llamar una vez más.
¡HELENA! POR EL AMOR A DIOS VAMONOS, ¿Que te ocurre?... ¿Helena? Respóndeme.
Desesperado, soltó las cosas al suelo quehace un instante recopilo de sus pertenencias y corre hasta donde se encontraba la intransmutable mujer, la toma de un brazo y la jala pero por imposible que fuese no podía jalarla del lugar dondeestaba parada. Impaciente, vuelve a intentarlo y como no obtuvo resultado alguno decide cargarla. Pero para su mayor sorpresa no podía, era como si tuviese el peso de un elefante. Este al no ver...