Crear Un Final
Desde el día que el padre Juan quita el candado y la cadena de la puerta del campanario para que yo suba y me arroje, he estado tratando con un ángel, a escondidas de todos ysin que a nadie le cuente.
Un día lo descubrí en la torre. Él, a gatas, lloroso y humano, juntaba plumas, de las más largas, las más resistentes, para recomponer las propias. Era un muchacho mediode estatura, casi de mi edad; de barba incipiente, huellas de acné, huaraches de hippie y pelo desordenado; vestía pantalón mezclilla, viejo y lleno de hoyos, que lo hacían aparecer como alguien comoyo, pero ángel, por las alas.
Pensé decírselo al padre Juan o a mi madre, coludidos ambos en mi regeneración, pero desistí, pues seguro pensarían que había yo vuelto a lo que ellos llaman elmal camino.
Cuando ví al ángel por primera vez, traté de hablarle, pero no me hizo caso por su tarea de recopilación. A poco su necesidad abrió el diálogo:
─ Necesito cáñamo, una aguja y un poco depegamento ─ me dijo una mañana.
Día tras día fui llevando lo que aquella criatura me solicitaba. Pasaba largas horas con el hablando y oyéndole cantar en idiomas raros y con voz grave. Undía hasta me confió que los ángeles beben vino de uva con rocío, y se alimentan de hojas de regaliz y de los pichones que roban de los nidos de golondrinas, gaviotas o torcasas. Otro me invitó a beber deuna pequeña bota española en la que guardaba aquella mezcla de agua con moscatel.
La mañana que las alas estuvieron listas me dijo que emprendería el vuelo. Yo le desee buena suerte, nos abrazamos,como despedida y brindamos, otra vez. Luego me dijo que, en secreto, había estado preparando para mí otro par de alas, y me las mostró. Ante mi argumento de que yo no sabía usarlas, él me dijo cómohacerlo, cómo aletear bajo la lluvia o con fuertes vientos; me explicó, con sabiduría de navegante celeste, cómo sortear la nieve, o la forma de planear cuando el sol es rey.
─ No es tan difícil...
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