Crimea

Las pretensiones de la Unión Europea y Estados Unidos en relación a Europa Oriental parecen no menoscabar el juego político ruso en la región. Ucrania puso de manifiesto una oposición de fuerzas eintereses políticos y económicos que occidente percibía antaño como engañosamente “dispares”; al menos eso pretendía demostrar el discurso que Occidente y Estados Unidos han enarbolado desde ladesintegración de la Unión Soviética a favor de las democracias liberales de mercado y un proyecto de capitalismo global unipolar y excluyente. La crisis ucraniana –alentada según palabras del depuestopresidente de Ucrania, Viktor Yanukovich por la UE- surge ante la negativa del gobierno por ratificar la incorporación de Ucrania a la comunidad de 28 países, inclinando la balanza a favor de unacercamiento pro ruso; el desenlace sin embargo no ha satisfecho de algún modo las pretensiones de la Unión Europea.
El referéndum del 16 de marzo celebrado por la República Autónoma de Crimea yratificado por la Duma devolvió a Rusia una región con población mayoritariamente de orígenes étnicos rusos; de trasfondo el control sobre la ciudad portuaria de Sebastopol, base donde se encuentra apostadala flota Rusia del Mar negro, finiquitó las pretensiones de la OTAN por hacerse con el control de esta base naval. En otras circunstancias y ante otros adversarios la respuesta de occidente hubierasido una intervención militar de la OTAN; tímidamente se ha lanzado un alud de condenas y sanciones diplomáticas hacia Rusia, seguidas por el desconocimiento de la ONU a los resultados - algo fútil envirtud al derecho de veto que posee Rusia como miembro permanente del consejo de seguridad- del referéndum, embargos a las propiedades de funcionarios del gobierno ruso y congelación de activos deempresas rusas en Estados Unidos.
¿Qué se pone de manifiesto con estos hechos? El primero de ellos es el resurgimiento de poderes regionales y la a vez nuevas fuentes de conflictos que echan por tierra...