Crónica

“Ví a Jee”

Jee es un afro americano, que conocí en el congo, alto, fuerte y que por cierto es muy amable. Recuerdo que intenté hablar con él, pero casi no hablo francés. Fue en un viaje alCongo cuando nos encontramos en el aeropuerto de esa ciudad.

Me decía cosas que, la mayoría no entendía, pero me conquisto con una charola llena de frutas exóticas. Fue allí cuando mepreguntó. ¿Cuál es tú nombre?, ¿Qué harás? En su escaso español.

Me condujo a un lugar que era como un enorme palacio, o como lo imaginaba, donde encuentras de todo, lo necesario para pasar unasauténticas vacaciones en un “SPA con todo incluido.”

Yo me preguntaba, sí era un viaje de negocios, de placer o del destino. Pero, me encontraba feliz y me dejaba consentir por mi Jee.Afortunadamente hablaba más inglés que francés, y fue ese el idioma en el que conversamos.

Me invitó a desayunar, con jugos deliciosos, que en mi vida había probado, eran agridulces. Su sabor perdurabaen mí boca por minutos Al terminar, entramos a una sala enorme, donde, daban masajes con piedras tibias, causaban una sensación de relajamiento.

Tomamos un baño con aromas y sales especiales.Jee. Y yo, a pesar de no decir palabras, lo decíamos todo con la mirada. Estábamos tan relajados y tan a gusto que era difícil salir de allí. Tras ése masaje y el baño quedamos como nuevos, frescos ysin ningún tipo de malestar.

Pero, era tiempo de la diversión. En ese momento y al ver que no era un viaje de negocios, no tenía otra opción que divertirme de lo lindo. Así que llegamos a lazona de bares, donde nos encontramos por casualidad uno muy peculiar. Era mexicano.

Decidí, enseñarle a Jee, un poco de lo que me gustaba. Rodeados de pozole, pambazos, tamales, tacos, y unabuena cerveza “Indio”, pasamos una velada inmejorable hasta la fecha.
Al conversar, intentaba comprender lo que me decía, y el a su vez lo que quería decir, pero no fue obstáculo para que...