Cuento De Ramon Fonseca Mora
Por Ramon Fonseca Mora
El hombre descendio de la puerta de atras de su auto y con gesto torpe de su mano intento imitaar la instruccion ussual al chofer de que esperara.Este lo miró y asintió con la cabeza, sonriendo levemente y achicando los ojos.
Avanzó lentamente por la losa de la entrada, arrastrando un poco los pies, con su cuerpo delgado y fibroso un pocoencorvado y con la cabeza baja y las manos en los bolsillos. Al llegar a la puerta del café levantó los ojos y volvió la cabeza, observando a través de sus lentes de cristales gruesos su auto de lujo convidrios oscuros, y la silueta de la cara del chofer por la rendija sin papel del vidrio delantero, sonriendo todavía y mirándolo con sus ojos chicos y melosos.
En ese momento una pareja iba saliendoy el joven con gesto galante abrió la puerta del cafe para que su acompañante pasara. Sin embargo, el viejo se adelantó a la muchacha y avanzo a traves de la abertura, sonriendo al mismo tiempo a lapareja que esperaba pacientemente al otro lado. El joven observo bien la cara alargada y la cabeza llena de cabellos blanco que pasaba frente a él; abrió bien los ojos y sus labios dibujaron enseguidauna mueca de repugnancia que penetró por los ojos del hombre y estalló dentro de él llenandolo de amargura y tristeza. El muchacho tomó del brazo a su acompañante y enseguida desaparecieron rumbo ala calle, dejando al viejo plantado en media puerta, desconcertado y con la cabeza baja.
- Dos mas que te desprecian ¿ah?
El viejo se volvio sorprendido, miró a su alrededor y vio el cafe vacio,con solo sus amigo Carlos, de estatura baja y regordete, que lo miraba con gesto burlón detrás del mostrado del bar. Intentó sonreir pero en su cara se dibujó solamente una mueca que hizo que amigocomentara:
- Duele, ¿ah? ¡Pero lo tienes merecido por bocón!
El viejo no dijo nada y se acercó lentamente al bar en donde tomo asiento y levanto el rostro, deteniendolo a poca distancia de la cara...
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