Cuentos De Ningún Lugar

CUENTOS DE NINGÚN LUGAR, CUENTOS DE NUNCA ACABAR…

Por: Carlos Ignacio Villaseñor Salmerón

AMISTADES LARGAS De noche, Adalberto sólo podía pensar en tres cosas: la oscuridad, los monstruos y su muerte. Durante toda su infancia, siempre había creído que la noche era una maldición de Dios, un castigo para todos los pecadores que habían cometido sus fechorías durante el día. Esta creencia,alentada por algunos primos maliciosos y su despreocupada madre,

destruyó el carácter del niño. Adalberto, a sus 32 años de edad, era nervioso, inestable, muy impaciente y aún temeroso de la oscuridad. No se había casado, y tampoco tenía hijos. Vivía solo en un apartamento, en un tercer piso, sin más compañía que “púas” su cactus. Trabajaba en una oficina de 9 a 4, de lunes a sábado. Los domingossalía al parque de la esquina, y se sentaba en la banca más alejada de la fuente, la que estaba debajo de la jacaranda, a leer algún libro de Paulo Coelho, o cualquier otro escritor mediocre de superación personal. Caída la tarde, regresaba a su apartamento, veía un poco de televisión, dormía y ya. Así era toda su vida. Solo y demasiado temeroso como para buscar alguien que lo acompañase,Adalberto veía pasar los días fértiles de su vida. Obviamente, él ya sabía que la oscuridad sólo es falta de fotones, que los monstruos no tienen cuernos ni garras, pero que igual te comerán si se los permites, y que la muerte se puede ver como un afortunado descanso. No había superado su miedo a estas tres cosas, ni lo haría jamás; no porque no pudiera, sino porque no quería, y porque al final del día,estas tres cosas eran su única y más querida compañía.

INDIRECTAS Maritza estaba harta. No soportaría ni un golpe más, ni una patada, ni una cachetada, ni siquiera una mala palabra hacia ella. Ni por sus hijos, ni por ella, podía seguir soportando a su marido. Ya se enteraría él que clase de mujer era. No señor, ni una humillación más. Ni latigazos, ni tirones de cabello. Nada. Con todo suvalor, listo para emanar de su boca, Maritza regresó del trabajo para deshacerse de su marido para siempre. Pero cuando regresó, solo encontró una nota en el comedor: Maritza: Me voy. Me cansé de darte indirectas para que nos volviéramos sadomasoquistas. Me llevo a mis hijos. No toleraría que crecieran con una loca.

SUEÑOS DE UNA FLOR DE VERANO Érase una vez, en un pequeño valle soleado, una florllamada Lily. Lily era un hermoso ejemplar: En la punta de la planta, coronada como la única y más bella flor que se había dado ese año, presumía sus enormes pétalos, pintados de tonos morados que se difuminaban en blanco. Bellos y carnosos, sus cinco pétalos desiguales le daban la apariencia de una frágil bailarina, que danzaba con el viento. Sus estambres tenían unas hermosas anteras en forma decanoa, y eran el androceo más hermoso y firme de todo el valle. Su estilo y su estigma, coloreados de blanco, sobresalían de entre sus estambres, siendo este último un majar de néctares, olores, y colores para los polinizadores. En resumen, no había flor más hermosa que ella. Lily se sentía el mayor logro de la botánica, la sonrisa de la Tierra, un ángel que cayó del cielo y sus túnicas se fueronconvirtiendo en pétalos y sépalos. Decidida a romper el corazón de toda abeja, avispa, hormiga escarabajo y ave que se acercara a probar sus néctares, Lily se extendió en su totalidad ese día. Por fin llegaba a la madurez, y estaba lista para ser polinizada. Ese día, Lily fue visitada por más de 240 aves, 300 avispas y 70 escarabajos. Pero ninguno la polinizó. Muy pocos traían algo de polen entresus patas, ya que no había muchas otras flores en el valle. Y los pocos que traían, no era el polen indicado para ella. Ya fuera polen de flor de limón, o de un espino, Lily siguió esperando una linda abeja cuyas patas estuvieran cargadas de polen de otra flor como ella.

Pero esa abeja nunca llegó. Tampoco un escarabajo, y mucho menos

un

ave. Durante cinco días Lily abrió sus pétalos...