Cómo afrontar el mobbing....
Páginas: 9 (2130 palabras)
Publicado: 13 de mayo de 2014
Cómo afrontar el mobbing desde el sindicalismo.
José Luis González Meseguer.
La irrupción del mobbing en la vida social y laboral es un hecho incuestionable. Hoy no se puede hablar de prevención y salud laboral sin tenerlo en cuenta. Aún así, no es un fenómeno nuevo. Como ha pasado con otras formas de opresión, como por ejemplo la violencia de género o la barbarie ecológica, ha acabadopor aflorar y hacerse socialmente inasumible. Nos debemos felicitar por ello, si bien es cierto que este afloramiento no ha estado acompañado de una cultura preventiva para hacerle frente. Y así, en demasiadas ocasiones los casos, aparentemente, quedan reducidos a “problemas individuales”.
Sin embargo las investigaciones recientes, las declaraciones de sindicatos1 y los análisis de losorganismos internaciones, como la Agencia Europea sobre la Seguridad y Salud Laboral o la OIT coinciden hoy en situar el origen del problema en la organización de las empresas e instituciones.
Nosotros entendemos que hay dos condiciones objetivas que potencian el AMT. La primera es el capitalismo, muy particularmente, en su versión agresiva de neoliberalismo2. y los valores que lo sustentan:competitividad extrema, ambición de poder, sumisión, carencia de solidaridad entre los trabajadores. La segunda los modelos organizativos reinante en las empresas, que hacen presente el modelo taylorista y de calidad total, que ocasionan unas exigencias enormes a los trabajadores, una falta de control y unas relaciones muy individualizadas y poco sociables, con estilos de mando autoritarios y escasasrecompensas laborales que, en definitiva, constituyen un auténtico caldo de cultivo del AMT.
No hay que olvidar la convergencia en el acoso del papel de los “sesgos grupales”, puesto que el acosador no es un individuo autosuficiente, sino el líder de un grupo de dinámica patológica3.
Por otra parte, nos encontramos con una política preventiva por parte de las patronales claramentemezquina, ineficaz y negligente.
El sindicalismo ante el AMT.
Es obligación de las organizaciones sindicales defender la salud de los trabajadores y trabajadoras y luchar contra las condiciones de trabajo que les ocasionan daños. Por tanto, un objetivo ineludible ha de ser conseguir que los centros de trabajo las reglas de juego se establezcan respetando la democracia y los derechos humanos ylaborales.
Hemos adelantado un buen camino, superando algunas inercias que hacían minusvalorar el problema, como la visión de la prevención centrada sólo en los accidentes laborales; o aquella que reducía el AMT a un conflicto interpersonal, que en ocasiones llevaba a los sindicatos a inhibirse. De la misma manera hemos aprendido la importancia del respecto y colaboración en las relacioneslaborales, y la trascendencia de las conductas violentas, así como de la importancia preventiva de las pruebas (escritas, visuales,..) en ambientes de difamación sistemática, con silencios cómplices y con conductas de los agredidos que, a veces políticamente incorrectas, las valoramos como consecuencia y no como causa del acoso.
Nuestra perspectiva parte del hecho de que “el concepto de acosomoral ha venido hasta nosotros de la mano del desarrollo legislativo y científico de la seguridad y salud en el trabajo, tanto a través de la Directiva Marco 89/391/CEE y su transposición en la Ley 31/93 de Prevención de Riesgos Laborales, como de las Guías Técnicas, como la NTP 476/1998 del INSHT. Lo consideramos pues, como un factor de riesgo psicosocial que, junto a otros4, son aquellos aspectosde la concepción, organización y gestión del trabajo así como de su contexto social y ambiental que tienen la potencialidad de causar daños físicos, sociales o psicológicos en los trabajadores (Cox&Griffitsh) y que tendrían al estrés como la fundamental de sus manifestaciones.
En ese sentido recordamos el art. 4.7.d de la LPRL, que expresamente reconoce como aspectos del trabajo...
Cómo afrontar el mobbing desde el sindicalismo.
José Luis González Meseguer.
La irrupción del mobbing en la vida social y laboral es un hecho incuestionable. Hoy no se puede hablar de prevención y salud laboral sin tenerlo en cuenta. Aún así, no es un fenómeno nuevo. Como ha pasado con otras formas de opresión, como por ejemplo la violencia de género o la barbarie ecológica, ha acabadopor aflorar y hacerse socialmente inasumible. Nos debemos felicitar por ello, si bien es cierto que este afloramiento no ha estado acompañado de una cultura preventiva para hacerle frente. Y así, en demasiadas ocasiones los casos, aparentemente, quedan reducidos a “problemas individuales”.
Sin embargo las investigaciones recientes, las declaraciones de sindicatos1 y los análisis de losorganismos internaciones, como la Agencia Europea sobre la Seguridad y Salud Laboral o la OIT coinciden hoy en situar el origen del problema en la organización de las empresas e instituciones.
Nosotros entendemos que hay dos condiciones objetivas que potencian el AMT. La primera es el capitalismo, muy particularmente, en su versión agresiva de neoliberalismo2. y los valores que lo sustentan:competitividad extrema, ambición de poder, sumisión, carencia de solidaridad entre los trabajadores. La segunda los modelos organizativos reinante en las empresas, que hacen presente el modelo taylorista y de calidad total, que ocasionan unas exigencias enormes a los trabajadores, una falta de control y unas relaciones muy individualizadas y poco sociables, con estilos de mando autoritarios y escasasrecompensas laborales que, en definitiva, constituyen un auténtico caldo de cultivo del AMT.
No hay que olvidar la convergencia en el acoso del papel de los “sesgos grupales”, puesto que el acosador no es un individuo autosuficiente, sino el líder de un grupo de dinámica patológica3.
Por otra parte, nos encontramos con una política preventiva por parte de las patronales claramentemezquina, ineficaz y negligente.
El sindicalismo ante el AMT.
Es obligación de las organizaciones sindicales defender la salud de los trabajadores y trabajadoras y luchar contra las condiciones de trabajo que les ocasionan daños. Por tanto, un objetivo ineludible ha de ser conseguir que los centros de trabajo las reglas de juego se establezcan respetando la democracia y los derechos humanos ylaborales.
Hemos adelantado un buen camino, superando algunas inercias que hacían minusvalorar el problema, como la visión de la prevención centrada sólo en los accidentes laborales; o aquella que reducía el AMT a un conflicto interpersonal, que en ocasiones llevaba a los sindicatos a inhibirse. De la misma manera hemos aprendido la importancia del respecto y colaboración en las relacioneslaborales, y la trascendencia de las conductas violentas, así como de la importancia preventiva de las pruebas (escritas, visuales,..) en ambientes de difamación sistemática, con silencios cómplices y con conductas de los agredidos que, a veces políticamente incorrectas, las valoramos como consecuencia y no como causa del acoso.
Nuestra perspectiva parte del hecho de que “el concepto de acosomoral ha venido hasta nosotros de la mano del desarrollo legislativo y científico de la seguridad y salud en el trabajo, tanto a través de la Directiva Marco 89/391/CEE y su transposición en la Ley 31/93 de Prevención de Riesgos Laborales, como de las Guías Técnicas, como la NTP 476/1998 del INSHT. Lo consideramos pues, como un factor de riesgo psicosocial que, junto a otros4, son aquellos aspectosde la concepción, organización y gestión del trabajo así como de su contexto social y ambiental que tienen la potencialidad de causar daños físicos, sociales o psicológicos en los trabajadores (Cox&Griffitsh) y que tendrían al estrés como la fundamental de sus manifestaciones.
En ese sentido recordamos el art. 4.7.d de la LPRL, que expresamente reconoce como aspectos del trabajo...
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