De Allá Del Mar Vendrá

TITULO: DE ALLA DEL MAR VENDRA

GENERO: NOVELA

AUTOR: JUAN PEREZ SALCEDO

MMVI

DERECHOS RESERVADOS





















PRIMERA EDICION FEBRERO DEL 2007
CULIACAN ROSALES, SINALOA, MEXICO.














DOMINGO LIZARRAGA





DE ALLA DEL MAR VENDRÁ

La partida

La mañana en que Domingo se embarcó, lucía el cielo su más claro azul y lasnubes se reflejaban en las aguas tranquilas, del color de la esperanza ofreciendo descanso a los ojos que seguían la estela del Señor de las Tormentas enfilando su proa al sur.

Con el corazón henchido de amor el muchacho suspiraba recordando las horas felices cuando sus manos acariciaban la sedosa cabellera de su amada y sus labios rozaban la delicada piel de sus mejillas. Sus brazos y manossabían muy poco de las duras labores marineras pero su necesidad de hacerse pronto de una pequeña fortuna le impelía a correr todos los riesgos dándole fuerza para todo. Tres viajes como este y habría en el puerto una ceremonia religiosa y civil muy intima, luego un festejo familiar y toda
la hermosura de Venus, sería para él, solo para él y para nadie más. Podría beber el néctar de aquella bocahecha para ser besada sólo por sus labios sedientos.

Hacía el oriente se había perdido la cumbre de El Crestón, cuya imagen era el último eslabón que los unía al puerto de partida. Proa avante iban todos en pos de la fortuna -sin duda muy favorable- para cada uno de aquellos esforzados marinos. Todos dejaban algo querido tras las aguas tranquilas de la mar en que bogaban: Alguno, la madreanciana; otros, los pequeños hijos; casi todos ellos la mujer amada. Domingo dejaba la novia adorada la que apenas unos meses atrás le había dado el Sí y… nada más. Porque lo demás… sería a su tiempo.

Allá en el puerto el sol redondo y colorado como una rueda de cobre, lanzaba a través de las aguas, en el último instante, al perderse bajo el horizonte el siempre esperado “rayo verde”; en ese momentosu amada, fiel a la costumbre ancestral, hacía la expresión silenciosa de su más ardiente deseo. Sólo ella y Dios sabían cual era pues de saberlo alguien más no se cumpliría nunca.



Cuando el sol dejo su lugar a la luna –compañera de todos los orates y enamorados- bajaba de la pérgola bañada por la argentada luminosidad de la noche tropical, una figura esbelta llena de gracia como el avemaría. El murmullo de las olas y el viento acompañaban a su voz juvenil –

…Volverás… golondrina de ojos negros que te vas cruzando el mar…
Volverás… porque sabes que te quiero y jamás te he de olvidar…
Volverás… a buscar calor del nido que dejaste en el olvido…
nuevamente volverás…

Ya verás… Cuando sientas el hastío…
de otras tierras volverás…

Sus pasos eran ligeros, segurossus pies, habían recorrido el mismo escabroso camino desde la tierna infancia y aun en la más negra de las noches podrían andarlo con la gracia y habilidad de una gacela al correr por la pradera. Llegando a su casa en la falda del cerro, como nube de mosquitos la rodearon su hermanitos y pequeños amigos, extrañaban su guía en las diarias aventuras vespertinas. De un tiempo a la fecha, Helenitaestaba siempre distraída, absorta en sus pensamientos y su mirada que antes buscaba pajarillos, mariposas, orugas, peces, y diversos motivos de juego, a la sazón solo miraban la mar que se abatía contra las rocas y a cada golpe de ola respondía con un suspiro. Ella, que nunca había buscado la soledad, hoy se apartaba de todos para soñar sin compartir con nadie su pensamiento. Su madre siempre ocupadacon las
labores domésticas y la elaboración de los tres sagrados alimentos que nunca faltaron en su mesa, no tenía tiempo de escucharla ni Helena deseaba compartir sus fantasías, tristezas o alegrías más profundas.

Algunos días después, por las tardes al salir de la escuela Helena, hermosa como una flor de mayo, de pie junto al cañón mudo testigo de pasadas glorias, dejaba perder su mirada...