DERECHOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
de dejar de ser niño y empezar a ser hombre
de razonar con lógica y proceder según
los sanchos profesores del sentido común!
¡Me son duros mis años?y apenas si son veinte? ;
ahora se envejece tan prematuramente,
se vive tan de prisa, pronto se va tan lejos,
que repentinamente nos encontramos viejos,
enfrente de las sombras, de espaldas a laaurora,
y solos con la esfinge siempre interrogadora!
¡Oh!, ¡madrugadas rosas olientes a campiñas
y a flor de virgen! ?entonces estaba el alma niña?
Y el canto de la boca fluía de repente
y elreír sin motivo era cosa corriente.
Iba a la escuela por el más largo camino
tras dejar, soñoliento, la sábana de lino,
y la cama bien tibia, cuyo recuerdo halaga
sólo al pensarlo ahora; aquel SanLuis Gonzaga
de pupilas azules y risa cabellera
que velaba los sueños desde la cabecera.
Aunque yendo despacio al fin de la callejuela
acaba, y estábamos al frente de la escuela
con el ?Mantilla?bien oculto bajo el brazo;
y haciendo, en el umbral, mucho más lento el paso.
Y entonces era el ver la calle más bonita,
más de oro el sol y más fresca la mañanita.
Y después, en el aula, con quémirada inquieta
se observaban las huellas rojas de la palmeta
sonriendo no sin cierto medroso escalofrío,
de la calva del dómine y su sueño sombrío…
Pero, ¿quién atendía a las explicaciones?… ¡Hay tanto que observar en los negros rincones!
Y, además es mejor contemplar los gorriones
en los hilos: seguir el áureo derrotero
de un rayito de sol o el girar bullanguero
de un insecto vestido deseda rubia o una
mosca de vellos de oro y alas color de luna.
¡El sol es el amigo más bueno de la infancia!
¡Nos miente tantas cosas bellas a la distancia!
¡Tiene un brillar tan lindo de onzanueva! ¡Reparte
tan bien su oro que nadie se queda sin su parte!
Y por él no atendíamos a las explicaciones;
ese brujo Aladino evocaba visiones
de las Mil y una Noches de las Mil Maravillas
y...
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