Deseo Concedido

Páginas: 611 (152583 palabras) Publicado: 12 de marzo de 2013
Megan Maxwell



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DESEO CONCEDIDO




ÍNDICE

Capítulo 1 4
Capítulo 2 12
Capítulo 3 18
Capítulo 4 27
Capítulo 5 35
Capítulo 6 40
Capítulo 7 53
Capítulo 8 62
Capítulo 9 75
Capítulo 10 85
Capítulo 11 91
Capítulo 12 99
Capítulo 13 102
Capítulo 14 112
Capítulo 15 122
Capítulo 16 128Capítulo 17 131
Capítulo 18 139
Capítulo 19 144
Capítulo 20 154
Capítulo 21 170
Capítulo 22 174
Capítulo 23 189
Capítulo 24 199
Capítulo 25 205
Capítulo 26 213
Capítulo 27 223
Capítulo 28 233
Capítulo 29 238
Capítulo 30 245
Capítulo 31 249
Capítulo 32 255
Capítulo 33 265
Capítulo 34 270
Capítulo 35 281Capítulo 36 289
Capítulo 37 298
Capítulo 38 309
Capítulo 39 317
Capítulo 40 323
Capítulo 41 327
Capítulo 42 331
Capítulo 43 335
Capítulo 44 340
Capítulo 45 347
Capítulo 46 354

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA 355







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Capítulo 1


Dunhar (Inglaterra), Año 1308

Lady Megan Philiphs no podía creer lo que estabaoyendo. Escondida tras la arcada de roble macizo escuchaba a su tía Margaret hablar con Bernard Le Cross, el obispo que tan poco le había gustado en vida, a su madre.
—Ilustrísima. Es de extrema importancia que oficiéis las bodas aun sin las amonestaciones pertinentes —dijo Margaret con su atípica voz ronca.
—Lady Margaret —asintió el obispo—, para mí será un placer ocuparme de esa dobleboda.
—Tengo que decir, en favor de los caballeros, que ambos conocen a las doncellas desde pequeñas y están satisfechos con la idea de desposarse con ellas y enseñarles los modales y la clase que les falta —rio con malicia—. Además, ya cuentan con veinte y dieciocho años.
—La entiendo, lady Margaret —murmuró el rollizo obispo tomando una nueva torta de semillas de anís.
—Será unacuerdo beneficioso para todos. Además, no se han podido negar —rio sir Albert Lynch, mando de Margaret y tío de las muchachas—. Entre los favores que me deben los caballeros y el pensar en someterlas en sus camas se han animado con rapidez.
—No veo el momento en que esas salvajes desaparezcan de mi vista —escupió sin escrúpulos Margaret, mientras entregaba al sacerdote más pastas.
¡Cuántoodiaba a aquellos tres mestizos! En especial, a las muchachas. Siempre habían sido la vergüenza de la familia. Ella misma había sufrido las consecuencias de que su hermano se casara con una salvaje escocesa. Cuando todo el mundo se enteró de aquella boda, Margaret y Albert dejaron de ser invitados a los bailes y actos sociales de la época. Pero ahora que su hermano George y la salvaje de su cuñadahabían muerto, ella se ocuparía del futuro de aquellos mestizos.
Incrédula, Megan escuchaba los oscuros planes de su tía, apoyada sobre la bonita arcada que su padre mandó construir. Aquella casa, que tantos momentos bonitos había albergado en vida de sus padres, ahora se había transformado en un hogar siniestro a causa de la presencia de sus tíos.
«Esta mujer está loca», pensó Megan,pálida como la cera. Al escuchar aquello, casi se le había paralizado el corazón. Pretendían que su hermana y ella se casaran con dos enemigos de su padre. Los hombres que siempre le repudiaron por el simple hecho de unirse en matrimonio con su madre, Deirdre. Aquellos que siempre las habían mirado con ojos llenos de lascivia.
—Me imagino que ambas desaparecerán de estas tierras —prosiguió elobispo con indiferencia, mientras se limpiaba las comisuras de su arrugada boca con una delicada servilleta de lino—. Con sinceridad, lady Margaret, quitaros de encima a esas dos molestias es lo mejor que podéis hacer.
—Cada día es más difícil la convivencia —reprochó Albert—. Se niegan a ser sumisas y obedientes, y a comportarse como damas. Pero claro, ¡qué se iba a esperar de ellas, teniendo...
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