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Tampoco podemos afirmar que esta distinción corresponda una al Estado y otra a la Iglesia, sino que la a la ciudad celestial pertenecen todos los que aman a Dios y el vínculo de sus ciudadanoses la caridad y no el imperio autoritario. La ciudad terrenal, todos los que anteponen el amor propio y asienta su unidad en la autoridad que logre dominar los intereses particulares. Ver textoTambién hay que tener en cuenta que los ciudadanos de ambas ciudades viven en el mismo seno de sociedades históricas. A ellas pertenecen no solo los vivos, sino los pasados y futuros. Por ello podemos decirque Agustín mantiene una visión idealista o teologal de la historia, por lo que se hace difícil establecer una exacta relación con la Iglesia y el Estado. Ambas ciudades no tienen su razón en laexperiencia actual, sino en en la razón oculta del amor no evidente de sus miembros, la mayoría no realmente presentes en este mundo. Ver texto
¿Qué tipo de relaciones se establece entre las dosciudades?
Aunque la ciudad terrena no vive según la fe aspira a la paz, por eso es necesario armonizar en ella las voluntades humanas en el mandar y obedecer. La ciudad celeste, o la mejor parte de ella,aún desterrada en esta vida mortal, se rige por la fe y también busca la paz. Por ello no duda en obedecer las leyes de la ciudad terrena, promulgadas para la administración y mantenimiento de esta vidatransitoria. Ver texto
Pese a lo anterior, la ciudad de Dios es superior a la ciudad terrena, pues es el modelo de toda sociedad, ya que solo en ella puede reinar la justicia, el orden y la pazverdadera. Las sociedades terrenas, que no reconocen a Dios como su amor, no pierden su categoría de sociedad, aunque son incapaces de conocer la verdadera justicia Ver texto
Así la ciudad celeste...
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