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Deconstruyendo a Derrida
´ PASCUAL
JORGE CAMON

Pasamos y soñamos. Ríe la tierra. La virtud es rara.
El tiempo, el deber, los dioses pesan en nuestra feliz conciencia.
Espera lo mejor y lo peor prepara.
De esto habla la suma de nuestra propuesta ciencia.
Fernando Pessoa, Epitafios

Se suele presentar a Jacques Derrida en determinados círculosfilosóficos como uno de los representantes de aquella raza de Titanes engendrados por el gran Padre Nietzsche, aquel que abrió la caja de Pandora
del pensamiento metafísico, en cuyo fondo quedó la Razón.
Mi propósito es que podamos abandonar un cierto maniqueísmo partidista y jíbaro. Incluso, y perdonen mi precipitación al comienzo mismo
de este Congreso, me gustaría proponer desde ya la idea deque las dos
palabras que nos han convocado estos días –deconstrucción y reconstrucción– no son antitéticas, sino complementarias, es decir, que ambas
–y, claro, los procesos que designan– se co-implican, se necesitan mutuamente.
Quizá convenga recordar que el propio Derrida se mostró siempre
receloso e inquieto frente al inesperado éxito del término “deconstrucción” y, posteriormente, frente alrizomático y polimorfo uso que de él se
hizo. Derrida utilizó un nombre provisional para traducir la Destruktion
heideggeriana y el Abbau husserliano. Para el temperamento provocador
y polémico de Derrida, la deconstrucción definía una acción operada
sobre el edificio, sobre la superestructura arquitectónica de la metafísica
occidental dominante. Pero pronto se percató de que este vocablo implicaba unmatiz de demolición, de aniquilación, de escombro y ruina, que
no había estado nunca en sus intenciones. Para colmo, cierto academicismo norteamericano, fascinado por el hallazgo derridiano, “elevó” (entre

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Jorge Camón Pascual

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comillas) la deconstrucción al rango de método filosófico, lo que también
resulta totalmente ajeno a losplanteamientos del propio Derrida.
Por seguir con el símil arquitectónico, podríamos decir que el objetivo
buscado no es tanto demoler el magno edificio metafísico, cuanto rastrear en sus planos y en su misma construcción pasadizos ocultos, criptas
subterráneas, falsos muros, cámaras secretas, puertas cegadas, conductos
y vasos comunicantes.
* * * * * *
Podríamos presentar y enmarcar a JacquesDerrida dentro de un
movimiento filosófico determinado. Hay teóricos que hablan de “filosofía(s) de la diferencia”: el nombre Derrida se inscribiría entonces junto a
otros tales como Foucault, Deleuze, Barthes, Blanchot, Lyotard; pero
aunque nuestro autor se sienta él mismo cercano y solidario con estos
pensadores, su propuesta nos parece única (solidaria, pero solitaria), por
motivos que enseguidaveremos. Podríamos hablar de filosofía estructuralista o postestructuralista; pero aunque simpatizara con ella, Derrida se
siente “otro”: en La escritura y la diferencia encontramos algunos textos en
los que se presenta una crítica constructiva (no deconstructiva) del estructuralismo. Podríamos hablar de filósofos de la postmodernidad; pero
basta con leer sus análisis y reflexiones en Espectros deMarx para comprobar lo lejos que se halla Derrida de la llamada postmodernidad.
Podríamos, en fin, ubicar a Derrida como filósofo nihilista, pero, como él
mismo afirmó alguna vez, “rechazo de plano la etiqueta de nihilismo. La
deconstrucción no es una clausura en la nada, sino una apertura hacia el otro”
(citado en G. BENNINGTON, Derridabase)
Dejo en manos de los filósofos y de los historiadores lacatalogación,
la archivación de Derrida en alguna de las corrientes de pensamiento
pasadas o presentes. Catalogación, adscripción, pertenencia son términos
que yo procuraría evitar. El propio Derrida nos advierte de los límites de
esa memoria humana, de la violencia ínsita en la catalogación, en el
registro en su Mal de archivo. Prefiero hablar de filiación; las connotaciones de esta palabra son...