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Sobre la resocialización de los presos terroristas*
Laura ZUÑIGA RODRIGUEZ

En los últimos tiempos se observa en los medios
de comunicación un cierto interés por dar a conocer
a la opinión pública, diferentes situaciones de los
reclusos terroristas, llamando la atención sobre la
supuesta "cárceles doradas" en las que algunos parecen vivir, publicación de cartas azuzando a la lucha armada queenvían a miembros de su organización, las denuncias hechas por los políticos
vascos sobre dicha situación, etc. Pero en realidad,
poco o nada ha cambiado la situación carcelaria de
estos encarcelados en los últimos años.
En esta ponencia intento plantear cuál es la situación real de estos presos y cómo debería ser de
cara al futuro y de cara al mandato constitucional y
legal de orientar el cumplimientode las penas a los
fines de resocialización.
Como se sabe, la preocupación por los derechos
fundamentales de los presos en general es un fenómeno relativamente reciente, pues data de la década de los setenta, en que se promulgaron leyes
penitenciarias modernas (Italia, Alemania, Francia)
y se insistió en determinar legalmente sus derechos
y deberes, orientando todo el fin de la reclusión a laresocialización del delincuente (art. 1 LGP). La propia constitución también se hace eco del ideal resocializador en el artículo 25.2 y manda que la ejecución penal de la pena privativa de libertad esté
presidida por este principio.
Pero, precisamente en los momentos en que se
consagraba legalmente y se establecía la orientación
de la política penitenciaria del país encaminada
hacia
el finresocializador,
dos
fenómenos
importantes hacían su aparición casi conjuntamente.
1. Por un lado se empezó a hablar de la crisis de
la resocialización, sus limitaciones para grupos importantes de delincuentes como los delincuentes
ocasionales, los delincuentes por convicción y los
delincuentes socioeconómicos, se llamó la atención
sobre la imposibilidad de lIevarla a cabo por medio
de la prisión, sobre lanecesidad de utilizar grandes
recursos del Estado para hacerla efectiva, cuestión
difícil de solventar en momentos de crisis del Estado del Bienestar y por consiguiente, retraimiento del
gasto público, etc.
2. Por otro lado, se empieza a configurar una política criminal -y también penitenciaria- excepcional para hacer frente a la lucha contra el terrorismo, cuya
expresión constitucional es elartículo 55.2 CE. Las
leyes antiterroristas de entonces, también caracterizadas por la suspensión de derechos y libertades,
terminaron por enquistarse en el sistema penal al ser
introducidas en las legislaciones ordinarias, haciendo
de lo excepcional, lo normal lo cotidiano.
Después de los embates de estos dos movi-

• Ponencia presentada al X Congreso de Alumnos de Derecho Penal celebrado en Salamanca,marzo de 1998.

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mientos para el fin de la resocialización, pretendo
reflexionar aquí sobre tres cuestiones fundamentales que necesariamente tienen influencia en la política penitenciaria general y, por tanto, también la de
la lucha antiterrorista.
1. ¿Qué hay de la resocialización después de
prácticamente veinte años de vigencia de la LGP?
2. ¿Cómo se lleva a cabo la resocialización ahorapara los presos terroristas?
3. ¿Se puede y se debe tender al ideal resocializador para este tipo de reclusos?

1. LA RESOCIALlZACION
DE VEINTE AÑOS

DESPUES

Después del encanto resocializador vividos durante los años setenta y comienzos de los ochenta, vivimos hoy una etapa real de retraimiento del
fin de la resocialización para el cumplimiento de
las penas. La praxis de asesinatos cometidos porsujetos que gozaban de permisos de salida, la
magnificación de la inseguridad ciudadana por
ciertos medios de comunicación inescrupulosos, el
aumento de la violencia terrorista de los últimos
tiempos, han propiciado un retraimiento real de la
orientación resocializadora de la pena. Esto se ha
hecho patente con las limitaciones
de los
permisos de salida, la eliminación de la redención
de penas...