Dicha Caterine Mansfield. El Hijo Horacio Quiroga

El hijo. Horacio Quiroga

Cuando abordamos por primera vez la lectura del cuento de Horacio Quiroga “El hijo” nos enfrentamos a un relato cruel, que impacta al lector en sus más hondos sentimientos (sobre todo si ese lector es padre). Según Poe “…el horror se nutre de experiencias y sucesos habituales o posibles”, Quiroga nos enfrenta al horror de un padre ante la posibilidad de que su hijohaya muerto “Sólo la realidad fría, terrible y consumada: ha muerto su hijo al cruzar un…”. Bruner diría “una obra literaria (…) logra la universalidad por su sensibilidad al contexto”, creo el temor ante la pérdida de un hijo es marcadamente universal.
El narrador para lograr un efecto en el lector se vale de múltiples recursos: utiliza la tercera persona a lo largo de la historia “Equilibra laescopeta en la mano, sonríe al padre, lo beso en la cabeza y parte”, sigue al personaje a lo largo del relato “No necesita el padre levantar los ojos para seguir con la mente la marcha de su hijo”, “la cabeza al aire y sin machete el padre va”, por momentos muestra su saber de autor “se requiere más paciencia de la que su cachorro puede rendir” y en otros se aleja del personaje “Ese padre ha debidoluchar fuertemente contra lo que él considera su egoísmo” o “Ese hombre aún no ha llamado a su hijo”. Utiliza el recurso del indirecto libre cuando dice algo que podría haber sido dicho por el personaje “No es fácil, sin embargo, para un padre viudo…”, también introduce al lector en lo narrado “tapémonos de misericordia los oídos ante la angustia que clama en aquella voz” (este pasaje, además,carga de intensidad el relato como destaca Julio Cortázar “…lo más importante, es la técnica desarrollada para lograr una conveniente “intensidad o tensión”) o “Y el nuestro siente que las suyas se escapan”; ya de deja de ser el padre, ese padre, para pasar a ser nuestro, nuestro con sus pesadillas, nuestro con su angustia para luego volver a alejarse al final del relato “Pues ese padre va solo. Anadie ha encontrado…”
El clima del relato como nos indica Rest “radica en el modo en que el narrador nos va acercando lentamente a lo contado, con deliberada intención de crear una atmósfera, en lugar de introducirnos de lleno en la situación” y esto es lo que hace Quiroga manejando los tiempos de la narración. Al comenzar el relato, el narrador realiza saltos hacia el pasado “sabe que su hijo,educado desde su más tierna infancia en el hábito y la precaución del peligro puede manejar un fusil…”, “El fue lo mismo. A los trece años…”, en los tiempos del acontecimiento, de lo narrado para luego volver al tiempo de la narración “El padre echa una ojeada a su muñeca: las doce (…) Su hijo debía estar ya de vuelta”, “por primera vez en las tres horas transcurridas, piensa que tras el estampidode la Saint-Etienne no ha oído nada más” y allí el tiempo se detiene o transcurre muy lento para ese padre desesperado, la acción se retarda, se crea el suspenso.
Por un lado, ese padre de Quiroga tiene que lidiar con la naturaleza, que el narrador humaniza y a la que el personaje le teme “La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí” es por esto que manda a su hijo armado almonte, es “la naturaleza que sigue detenida” cuando el padre advierte que el hijo no ha llegado y en la que “¡Hay tantos alambrados allí, y es tan, tan sucio el monte...! ¡Oh, muy sucio..!” cuando sale en búsqueda de aquel hijo, su único hijo aquel que tiene pureza en sus ojos azules “frescos aún de sorpresa infantil”.
Por otro lado, el narrador incorpora también un elemento del relatofantástico, el que Rest llama “dimensión psíquica de índole onírica o alucinatoria” modificando la postura del lector frente al texto “ese padre, de estómago y vista débiles, sufre desde hace tiempo de alucinaciones (…) Lo ha visto rodar envuelto en sangre cuando el chico percutía en la morsa…” para culminar en un final trágico dónde “Sonríe de alucinada felicidad” sólo sin su hijo, y dónde “lo importante...