Diegito
Un sinsentidoparejo, de ética dudosa (¿para cohonestar qué fin?), se ha dado en nuestra Salamanca cuando el mismo Concejo que expolia a sus legítimos dueños (en supuesto beneficio del común) las casas pegadas a lamuralla, en la Avenida del Rector Esperaba, autorizó la construcción pocos metros más allá (aledaño al costado de poniente del saliente de la Casa Lis) de un inmueble inconcluso que interfiere la vistade la fachada acristalada de ésta. Aplicando distinta vara de medir a casos similares, en este se privilegia a su propietario, en contra del bien común. Las instituciones, entes inconsútiles, notienen cara. Esa es su gran ventaja; porque, si la tuvieran, a algunas (como a la de nuestra historia) se le habría caído de vergüenza.
Desaguisado que se arrastra durante años, con insensatos cambios decriterio, es el que de nuevo se intenta perpetrar en la Plaza de los Bandos. Los que hoy rechazamos el aparcamiento somos los mismos (y con más razones) que hicimos desistir al alcalde cuando seobstinó en su primera ocurrencia. Ahora hay unos cuantos parkings más en la vecindad de la Plaza. (Casi siempre, todos vacíos). Dicen ellos que están enfermos el gran árbol. ¡Ya quisiera el cónclave...
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