Dinamica pecados capitales
P.- Decid ¿cuáles son los pecados o vicios capitales?
R.- Los vicios capitales son siete: el primero, soberbia; el segundo, avaricia; el tercero, lujuria; el cuarto, ira desordenada; el quinto, gula; el sexto, envidia; el séptimo, pereza.
P.- ¿Por qué los llamáis capitales?
R.- Porque son cabezas o raíces de otros vicios.
P. -¿Cuándo sus actos son pecadomortal?
R.- Cuando con ellos se quebranta algún Mandamiento de Dios o de la Iglesia en materia grave.
P.- ¿Qué es soberbia?
R.- Apetito desordenado de ser preferido a otro.
P.- ¿Qué es avaricia?
R.- Apetito desordenado de hacienda.
P.- ¿Y lujuria?
R.- Apetito desordenado de sucios y carnales deleites.
P.- ¿Qué es ira desordenada?
R.- Apetito de venganza injusta, o en el motivo o enel modo.
P.- ¿Qué es gula?
R.- Apetito desordenado de comer y beber.
P.- ¿Y envidia?
R.- Pesar del bien ajeno.
P.- ¿Y pereza o acidia?
R.- Caimiento de ánimo en el bien obrar.
P.- ¿Es pecado sentir esos malos apetitos?
R.- No, que el pecado está en quererlos y no refrenarlos. Contra estos siete vicios hay siete virtudes:
Contra soberbia, humildad.
Contra avaricia, largueza.Contra lujuria, castidad.
Contra ira, paciencia.
Contra gula, templanza.
Contra envidia, caridad.
Contra pereza, diligencia.
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Las pasiones, si no se doman y dirigen al bien, arrastran al pecado, cuya frecuentación produce el vicio. El saber cuáles son los capitales, o capitanes, como los llama el V. P. Lapuente, importa para huir de ellos con particular diligencia; y al que sehalla enredado en alguno, para que examine la pasión que a él le ha conducido, y ponga remedio en la raíz, señoreando la tal pasión y teniéndola a raya. Explicado un vicio, explicaremos la virtud con que lo hemos de combatir.
Soberbia y humildad
El soberbio se estima falsamente en más de lo que es, y ansía sobreponerse a otros. Se atribuye a sí solo el bien que de Dios, o también de los hombres,ha recibido, y desea señalarse con desprecio de los demás. De ahí el apetito desordenado de honores y dignidades, de alabanzas y aplausos; y a veces la hipocresía, terquedad y rebeldía, que arrastra, si no se ataja, a la revolución, al cisma, a la herejía y total apostasía, prefiriendo el propio dictamen y querer al de la autoridad, al de la Iglesia, al del mismo Dios, con quien el soberbiopretende igualarse o a quien formalmente desprecia. Éste fue el pecado de Lucifer, a quien, como nota León XIII, imitan hoy los racionalistas en la filosofía, y los liberales en la política176.
El humilde, por el contrario, se tiene por lo que verdaderamente es, y obra conforme a ese conocimiento. Reconoce que cuanto bueno tenemos es don de Dios, que lo propio nuestro es la nada, maldad y flaqueza,que sin la ayuda de Dios cometeríamos los mayores crímenes, que Dios abate al que confía en sus propias fuerzas y ensalza al que sólo confía en la gracia divina. Por eso a Dios da la gloria y alabanza, y para sí prefiere los desprecios; de nada bueno se reputa capaz -388- por sí mismo, pero estribando en Dios, lleva a cabo obras sobrehumanas y divinas.
El mundo, ciego por la soberbia, noentiende esta doctrina; pero ella es de Dios, y las vidas de Jesu-Cristo, de la Virgen y de los santos la confirman.
Avaricia y largueza
El avaro es duro con el prójimo, miserable consigo, vive en continua zozobra, y se mancha frecuentemente con fraudes y otras injusticias, devorado por la sed de más y más oro, que es su ídolo, a quien sacrifica tiempo, desvelos, bienestar de la familia, la fama, lasalud y el alma.
Por el contrario, la largueza o liberalidad reparte generosamente en obras de Religión, de misericordia o de bien público, cuanto puede sin incurrir en la prodigalidad, que descuida la hacienda y la derrocha faltando a los deberes.
Lujuria y castidad
El deshonesto, dice el Apóstol, peca contra el propio cuerpo, que Dios nos da, para que domándolo lo hagamos instrumento de...
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