Diocesis_Zacatecas_2015

Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe

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Versión estenográfica de la

Homilía pronunciada por S. E. Mons. Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de
Zacatecas, en ocasión de la peregrinación de dicha diócesis a la Basílica de
Guadalupe.
12 de septiembre de 2015
¡Bienvenidos a su casa! nos dice la Madre del Cielo, nuestra Señora de
Guadalupe. Ya sé que desdehace 30 años me han visitado en esta casa (130
años) aunque sé también que todos los días en todas las comunidades y
familias, en cualquier circunstancia de la vida, nos visitamos.
Ustedes me dicen, me piden y yo salgo a su encuentro. Sé también quiénes
son y qué traen con ustedes. Me encantan los nombres hermosos con que me
llaman que recuerdan lugares, situaciones, personas, historias. Todashistorias
de amor.
Está muy fresca en mi memoria todavía las invocaciones recientes del 8 de
septiembre, Nuestra Señora de los Remedios de los Zacatecas, Nuestra Señora
del Patrocinio estos días, Nuestra Señora de la Soledad estos días, Nuestra
Señora de los Milagros el día 8, Nuestra Señora de Loreto el día 8, Nuestra
Señora de Aránzazu el día 8. Tantos nombres, tantas advocaciones, tantosmisterios durante todo el año en cada pueblo, en cada familia, en cada ciudad,
en cada comunidad. Hoy Nuestra Madre, otra vez, 12 de septiembre nos dice:
Estoy a sus órdenes hijos míos, están en su casa.
Y nosotros, ojalá podamos expresar lo que sentimos, lo que vivimos, lo que
pensamos. Nosotros le decimos a nuestra Madre: Madre venimos como
peregrinos de la fe, venimos a darte gracias por el don de lafe que nos anima,
que nos levanta, que nos aliviana. Venimos a presentar nuestros adelantos,
pero también nuestras preocupaciones. Venimos a pedirte lo necesario, no nos
mueven las cosas materiales. Queremos ser mejores hijos, mejores hermanos,
mejores padres, mejores esposos, mejores ciudadanos, mejores sacerdotes,
mejores religiosas, mejores seminaristas. Tu hijo obispo también quiere ser
mejorobispo.
Madre, simplemente a eso venimos, a verte, aunque no te lo digamos con
palabras. Y es que aquí en tu casa nos sentimos bien cobijados. Tú eres tan
linda, tan bella, tan paciente. Tienes una gran memoria, eres muy cumplida.

Luego, luego, le pasas nuestros recados a tu hijo. Tu amor maternal nos
aliviana, fortalece, anima, consuela, socorre, remedia, nos auxilia, nos levanta.
Así como lohiciste con la familia de Isabel, y miles y miles de familias que han
venido a este lugar santo.
La fe, madre, tú bien lo sabes, la esperanza y la caridad nos han hecho salir de
casa. Si hay sacrificios, pero es más el gozo que el sacrificio. Y es que
peregrinar nos recuerda que somos caminantes en la vida, por la vida. Nos
recuerda que somos hermanos, miembros de una sola familia. Nos recuerda
quesomos llamados a cooperar y a ser socios en la obra de tu Hijo. Nos
enseña que nos necesitamos y vaya que nos necesitamos.
Madre tú sabes muy bien todo lo que nos han dicho tantas personas que no
pueden estar físicamente hoy contigo en este lugar santo. Tantos grupos,
tantas familias.
Cada uno de nosotros traemos lo nuestro, nuestra ofrenda, nuestras
peticiones. Cada uno de los 16 decanatos denuestra diócesis, cada una de las
119 parroquias, cada una de las más de 2,000 comunidades que conforman
esta iglesia peregrina en Zacatecas.
Madre, hoy queremos decirte algo muy especial. Hace 44 días la comunidad
parroquial de Mazapil fue duramente probada por la tragedia y junto con esta
comunidad, toda la Iglesia y toda la nación y muchas partes del mundo.
Madre, te presentamos esta pena, túsabes que vas a hacer con nosotros en
estos momentos de dolor, pero también de esperanza. Madre de la esperanza,
Madre del buen consuelo, Madre misericordiosa, ruega por nosotros. Y María
nos ve y nos habla otra vez y nos dice: hagan lo que mi Hijo Jesús les diga en
este momento de su peregrinación en la historia.
Y miren, han puesto atención a la Palabra que se ha proclamado este día. La
belleza de...