Discurso de oratoria

Cada día que pasa las palabras se gastan, se deshilachan, van perdiendo su significado original. Palabras como paz, justicia, democracia, modernidad, educación, están sometidas, como nuestra propiavida, al desgaste producido por el simple paso del tiempo y también de la intervención del poder, que decide el significado de las palabras de manera autoritaria. La palabra educación se ha convertidoasí, en un sinónimo de enseñanza rígida y dictatorial o de aprendizaje dócil y pasivo.
Como participante obligado de este mismo sistema y como estudiante inquieto, propio de mi juventud ynaturaleza, pero consiente de lo que estamos viviendo, vengo a exponer el tema de la violación de los derechos humanos, tan candente en nuestros días.
Si alguien me pregunta si debo hacer algo cuando misderechos son pisoteados, contestaré que sí. Si debo protestar cuando violentan y someten a mis hermanos indígenas, con mayor razón diré que sí, porque la diferencia entre las personas es ser más humanos ysentir en lo más profundo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Pero no pretendo ir muy lejos, aunque atrocidades inhumanas se suceden día con día en los paísesdel Oriente, del Báltico y, sobre todo, en la América nuestra. Pretendo denunciar lo de mi país y llamar a mis compañeros, y a todos ustedes que me escuchan, a unir a un solo clamor y una sola acciónpara detener, de una vez por todas y para siempre, las injusticias que reducen a la nada nuestros derechos humanos.
¿Quién, no ha escuchado del atraso de cientos de años de nuestros indígenas? ¿Porculpa de ellos o de quién?, ¿Quién no reconoce la marginación y la falta de alternativas de nosotros como jóvenes? ¿Acaso esto no es violación a los derechos humanos?
Vayamos por partes, casi lamitad de los indígenas son analfabetos, alrededor de la mitad de los municipios indígenas carecen de electricidad y servicio de agua potable, cuatro quintas partes de los niños indígenas menores de 5...