Discurso

Discurso a cargo de la graduanda Nérida Valdez

Representa un verdadero honor para mí tomar la palabra en nombre de todos mis compañeros graduandos en esta noche tan especial. Una noche que marcael fin de una importante etapa de nuestras vidas, esa etapa en la que nos hemos preparado para ser buenos profesionales, pero sobre todo una noche que marca el inicio de una etapa aún más importante,el momento en que salimos al mundo real y nos enfrentamos al reto de demostrar si realmente nos hemos preparado a conciencia y en qué tanto somos capaces de contribuir al desarrollo de nuestrasociedad.

En noches como ésta, tenemos sentimientos encontrados, una alegría enorme por haber conseguido una meta personal pero a la vez mucha expectativa de lo que ocurrirá de ahora en adelante, unacombinación de alegría y tristeza, temor y confianza, que de seguro nos hace un cosquilleo en el estómago. Hoy quiero invitarlos a aprovechar nuestros sentimientos encontrados y hacer tres pequeñosejercicios: recordar, agradecer y reflexionar.

Recordar los buenos y duros momentos vividos en estos años en la Universidad, como la satisfacción vivida por lograr un buen trabajo, el sinsabor deobtener una baja calificación o la crítica de algún profesor, el formar parte de un buen equipo de trabajo, pasar el curso más temido de la universidad, las amistades ganadas, el crecimiento de laUniversidad, nuestra participación en las semanas universitarias. En fin, cada uno de nosotros seguro tiene guardados en la memoria muchos recuerdos. Al recordarlos podemos notar cuánto hemos cambiado enestos años y cuánto hemos aprendido, de cómo todo lo vivido aquí ha contribuido a hacernos no sólo buenos profesionales sino también cómo ha contribuido a que nos hagamos mejores personas.

Esto noslleva al segundo ejercicio, que es agradecer a todos los que han contribuido y han estado al lado nuestro apoyándonos en esta etapa de aprendizaje. A Dios por darnos salud y vida para terminar...