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Y lo último que alguien espera es encontrar a su hermana con un tipo encima de ella en medio de la sala. ¿Esto les debe parecer raro no es así? Pues resulta que no; Justin siempre fue mejor amigo de su hermana desde que tiene uso de razón, aunque él solo es mayor que ella por 10 años y usa eso para infligir su autoridad cuando se ‘’pasaba de lista’’ según él decía mientras le daba pequeñosmanotazos en ambas manos en forma de castigo. Encuentros como este eran normales ya en su vida rutinaria desde que Justin comenzó a visitarlas el año pasado.

—Creo que es hora de que te vayas, Justin —le dedico una dulce sonrisa y este la miro de arriba abajo con mala cara por interrumpir uno de sus ‘’momentos’’.
—Te llamo después —se despidió con un gesto de mano y cerro la puerta de golpe.
—¿Qué ha sido eso?
— ¿El qué? —sin darse cuenta Regina se encontraba enarcando una ceja.
—Se están pasando de cariñosos, y en medio de la sala, dios mío, Alexandra.
Rió como si fuera algo de lo que no tenía que darle demasiada importancia.
—Nada de eso, tú sabes como es Justin.
—No, no sé como es, más de la mitad del tiempo se la pasa pegado a ti.
—La cena esta lista, te estaba esperando.Y esa era su forma de decirle ‘’corta el tema ya’’.

Regina con apenas 18 años comenzaba su vida de universidad; su pasión siempre fue la literatura. Ama desde lo que conlleva el alfabeto hasta las más complicadas oraciones. Leía un libro tras otro desde que aprendió a leer gracias a su hermana. La literatura y Alexandra era todo lo que ella conocía y apreciaba realmente. Sus padres habíansufrido un accidente automovilístico cuando tenía apenas 9 años, una pena a decir verdad; sucedió en un día con lluvia y truenos, como si Dios también lamentará que la joven y su hermana pequeña perdieran lo único que tenían en aquellos momentos.

No lo dudo ni un segundo cuando le dieron a escoger que carrera quería estudiar, pero su enfoque no estaba ahí, Regina quería ir a una de las mejoresuniversidades para recompensarle a su hermana todo lo que tuvo que dejar para cuidar de ella, su meta era Princeton, pero el único problema es que ella no era muy aplicada y siempre estaba distraída pensando en cuan maravilloso sería estar en otra parte. Lo pensó más cuando Alexandra la recibió un día cualquiera con una enorme sonrisa en el rostro y le presento a su nuevo tutor.
Justin. Bueno,Regina no sabía si estar feliz o no. Apenas si conocía al tipo y lo único que sabía con certeza de él es que le encantaba estar sobre su hermana todo el tiempo como pegamento y también sabía que era uno de los escritores más reconocidos y jóvenes en la actualidad y era un genio supercabezota sabelotodo. Simplemente no se podía reusar, ¿o sí? Solo la ayudaría a pasar los exámenes y no tendría quevolver a saber de él.

El primer día que tuvo que ir a casa de su tutor para la clase de asesorias esté no atendió al timbre. Simplemente dejo una nota pegada a la puerta con un ‘’entra, la llave bajo el tapete’’. Para ser un sabelotodo, Justin no dejaba de parecerle un idiota. Cualquiera entra, se lleva algo y se hace millonario. Regina considero la idea unos momentos y rió a lo bajo de soloconsiderarlo. Finalmente cuando estuvo dentro no pudo ni pestañar y contuvo el aliento. Era un departamento cualquiera. Bueno, demasiado grande para ser ‘’cualquiera’’, repleto de cosas exóticas desde un refinado comedor con forma de árbol hasta a un disecado oso que ya hacía en su pedestal en posición de ataque con las patas de enfrente en el aire mostrando sus garras.

Y entonces su vista se fijo enla mesita de café que se encontraba en medio de aquel enorme departamento; sobre ella habían varias hojas, unos pocos libros y una libreta que no parecía tener mucho contenido entretenido. Pero sin embargo fue lo primero que Regina tomo.

‘’Alexandra poso su delicada mano sobre mi miembro y sentí como este se puso duro por su simple contacto’’ leyó.

— ¿QUÉ CARAJOS ES ESTO? —alzo la voz...