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A.- Enunciado:




“V”
A.1.- Citas:
4. Desgaste de los ideales políticos del liberalismo clásico y de la Modernidad del siglo XVIII.
La función de la política deja de ser la de proporcionar modelos perfectibles sino que está orientada a garantizar la estabilidad social para asegurar la regularidad de la circulación financiera y así estimular la llegada de capitales inversionistasextranjeros con el fin de mantener la reactivación de la economía local y regional.1
4. La identidad individualista –creada y perfeccionada en los siglos XVIII y XIX- se rebaja a la identidad consumista del tonto racional o sea, a la identidad acrítica del consumidor como receptor pasivo – que incluye a la masiva mayoría de las poblaciones mundiales- el cual reacciona fácilmente ante los estímulosvisuales promovidos por la tecnología publicitaria (basados por lo general en el sexo, el lujo o la belleza), los cuales prometen, a cambio del consumo, espejismos ilusorios y fraudulentos como el “sé-tu-mismo”; el “poder del “tener” como fundamento de lo individual” y el “disfrute” (de la posesión material indiscriminada) los cuales reemplazan a la dignidad del hombre racional y libre (Locke) comosujeto político y aún como sujeto económico.2
Por otra parte, también es cierto que predomina hoy una exaltación casi exagerada de lo individual que estimula la capacidad personal y la iniciativa, pero hasta el insano extremo de disolver los vínculos sociales e ignorar las condiciones que se requieren para una conjugación armoniosa de los intereses individuales con el interés general. Elinterés general sólo se asocia a la autorregulación del mercado, desplazado ya no digamos a aquél aristotélico y roussoniano bien común sino al bien general –y a sus razonables relaciones recíprocas con el bien particular- que tanto elogiaron los pensadores liberales. El equilibrio socioeconómico que buscaba el viejo liberalismo clásico, ha quedado roto.3
El individuo, la categoría arquitectónica delliberalismo, se ha vuelto, paradójicamente, algo que Rousseau le hubiera parecido una locura: el hombre se ha hecho súbdito del consumo, o sea, en definitiva, se ha súbdito del mercado que el mismo crea, produce, establece y obedece.4



Para los críticos del neoliberalismo, aquel individuo diseñado por el idealista iusnaturalismo lockeano no sería en el fondo más que el participante de unacultura del consumo, de la que no podría esperar más que la apariencia transitoria de bienestar al costo de hipotecar su futuro con deudas –a menos que haya un prudente manejo de las tarjetas crediticias- de lo cual se encargaría el desarrollo científico-tecnológico que parecería estar empeñado en producir en forma casi inagotable mercancías –no siempre útiles- que mantengan el mercado en continuaactividad.5
Los fisiócratas defendían la idea de que las leyes naturales gobernaban la producción y la distribución de la riqueza. Para ellos la única fuente de riqueza era la agricultura –de ahí el nombre de su movimiento- puesto que consideraban este modo de producción como el único que podía producir un excedente sobre el dinero y el trabajo invertido en una cosecha. Los economistasposteriores afirmaron que estaban equivocados en cuanto a las ventajas reales de la economía agraria, pero aun así los fisiócratas fueron precursores de la economía liberal por aportar el concepto de ley económica.
A nadie se le había ocurrido antes que la economía pudiera organizarse y fundamentarse con base a “leyes” ni mucho menos aún que la riqueza se produciría también con base a leyes.6
Losprincipios fundamentales que defendieron y sostuvieron las conductas sociales en siglos anteriores son reemplazados por dichos patrones que apoyados por los medios de comunicación y los adelantos tecnológicos a disposición de la mercadotecnia y la publicidad, falsamente prometen al consumidor poseer junto con el producto ofrecido identidad social, satisfacción material, relaciones sociales y...