dscfhdgscjad

Páginas: 92 (22791 palabras) Publicado: 11 de marzo de 2014
Índice
Portadilla
Índice
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Sobre la autora
Lee la novela
Créditos

Grupo Santillana

CAPÍTULO 1

Sentada en la sala de reuniones del
castillo de los asesinos, Celaena
Sardothien se recostó en la silla.
–Son más de las cuatro de la mañana
–dijo al mismo tiempoque se ajustaba
los pliegues de la bata de seda roja y
cruzaba las piernas desnudas por debajo
de la mesa–. Espero que sea importante.
–A lo mejor si no te hubieras pasado
toda la noche leyendo, no estarías tan
cansada –le espetó el joven que estaba

sentado delante de ella.
Celaena hizo caso omiso al
comentario y se quedó mirando a las
otras cuatro personas que ocupaban la
mesa de lacámara subterránea.
Todos eran hombres, mucho mayores
que ella, y ninguno la miraba a los ojos.
Un estremecimiento, que nada tenía que
ver con las corrientes de aire que
enfriaban la sala, recorrió la espalda de
Celaena. Toqueteándose las uñas, muy
cuidadas, adoptó un talante indiferente.
Las personas allí reunidas –incluida ella
misma– eran cinco de los siete asesinos
en los que másconfiaba Arobynn
Hamel.
Saltaba a la vista que se trataba de
una reunión importante. Celaena lo había

sabido desde el momento en que una
criada había llamado a su puerta y había
insistido en que bajase sin vestirse
siquiera. Cuando Arobynn te convocaba,
no le hacías esperar. Por fortuna, las
prendas que Celaena usaba para dormir
eran tan exquisitas como las que lucía
durante el día. Dehecho, costaban casi
lo mismo. Pese a todo, solo tenía
dieciséis años, y no le apetecía
demasiado exhibirse en una habitación
llena de hombres. Su belleza era un
arma –que cultivaba a conciencia– pero
también la hacía vulnerable.
Arobynn Hamel, rey de los asesinos,
se sentó despacio a la cabecera de la
mesa. La luz de la araña arrancó reflejos

a su pelo rojizo. Los ojos grises delrey
se posaron en los de Celaena con una
expresión sombría. Tal vez se debiese a
lo avanzado de la hora, pero Celaena
habría jurado que su mentor estaba más
pálido que de costumbre. A la asesina se
le revolvieron las tripas.
–Han capturado a Gregori –anunció
por fin Arobynn. Bueno, aquello
explicaba la ausencia–. La última misión
que le fue encomendada era una trampa.
Está encerrado enlas mazmorras reales.
Celaena resopló por la nariz. ¿Y por
eso la habían despertado? Impaciente,
golpeteó con el pie el suelo de mármol.
–Pues matadlo –dijo.
De todas formas, Gregori nunca le
había caído bien. Cuando tenía seis

años, Celaena había obsequiado al
caballo del hombre con una bolsa entera
de golosinas y Gregori, enfadado, le
había lanzado una daga a la cabeza. La
asesinahabía interceptado la daga,
naturalmente, y desde entonces Gregori
guardaba una marca en la mejilla como
recuerdo; Celaena le había devuelto el
regalo.
–¿Matar a Gregori? –preguntó Sam, el
joven que estaba sentado a la izquierda
de Arobynn; un lugar tradicionalmente
reservado a Ben, el segundo al mando
del rey de los asesinos. Celaena sabía
muy bien lo que Sam pensaba de ella. El
odio delchico se remontaba a la
infancia, cuando Arobynn la había

declarado a ella –no a Sam– su
protegida y heredera. Desde aquel día,
Sam aprovechaba cualquier ocasión
para humillarla. El chico había
cumplido ya diecisiete años, uno más
que ella, pero no había olvidado que
siempre sería el segundón.
Celaena se crispó al ver a Sam
ocupando el sitio de Ben. Si Ben llegaba
a enterarse, loestrangularía. O quizás
Celaena le ahorrase la molestia y lo
estrangulase ella misma.
La asesina miró a Arobynn. ¿Por qué
no había reprendido a Sam por sentarse
en el lugar de Ben? Sin embargo, el
rostro de Arobynn, aún joven pese a las
canas que surcaban sus sienes, no
mostraba irritación alguna. Celaena

detestaba
la
máscara
de
imperturbabilidad de su amo, sobre todo
porque a...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS