Eficacia Horizontal
ENTRE PARTICULARES
y
LA NO DISCRIMINACIÓN EN EL TEXTO
DE LA CONSTITUCIÓN MEXICANA
Colección Estudios
3
Colección Estudios, núm. 3 El derecho a no ser discriminado entre particulares La no discriminación en el texto de la Constitución mexicana © 2006 Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación Dante 14, col. Anzures, del. MiguelHidalgo, 11590, México, DF ISBN 970-9833-42-1 Se permite la reproducción total o parcial del material incluido en esta obra, con la autorización escrita de la institución. Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico
Índice
7
Presentación GILBERTO R INCÓN GALLARDO
9
El derecho a no ser discriminado entre particulares
11
Introducción
12
Los derechos fundamentales como derechosde libertad
21
El debate en México y la confusión entre derechos y garantías
25
La supremacía constitucional
y los efectos horizontales de los derechos
29
El principio de no discriminación y su aplicación frente a particulares: cuestiones generales
35
Discriminación y grupos vulnerables
39
La eficacia horizontal de la
Ley Federal para Prevenir y Eliminar laDiscriminación:
cuestiones sustantivas y procedimentales
47
La perspectiva jurisprudencial
de los efectos horizontales en México
55
Una nota de derecho comparado
61
Conclusión
63
Bibliografía
67
La no discriminación en el texto de la Constitución mexicana
69
Introducción
71
El mandato de igualdad
73
¿Qué diferencias son relevantes?
75
Igualdad en derechosfundamentales
77
El principio de no discriminación
87
La discriminación indirecta
89
Igualdad sustancial
95
La discriminación en materia de propiedad
99
El artículo 32 constitucional
y la discriminación por origen nacional
103
El artículo 33 constitucional y la expulsión de extranjeros
109
La discriminación en el juicio de amparo
111
La elevación a rangoconstitucional de los tratados internacionales de derechos humanos
115
Constitucionalización del combate
a la discriminación como política de Estado
117
Conclusiones y propuestas
121
Bibliografía básica
Presentación
“Los hombres –dice Sartre en Las palabras– tienen que establecer reglas para no acabar matándose unos a otros”. Es lo que hemos tratado de lograr a lo largo dela civilización, sin conseguir la meta. Nuestra cultura –no más griega que judía ni más romana que medio-oriental– ha producido normas ad nauseam, al grado en que ahora, sin saber el peligro que conlleva desecharlas, las ignoramos. Inspirada en el Código de Hamurabi, la legislación hebrea que aparece en el Éxodo –segundo de los libros del Pentateuco bíblico– remite a los orígenes de un saber queaún no puede encontrar la anagnórisis entre Estado e individuo. Ahí se lee, sin embargo (XXI, 24-25), que el autor de una ofensa pagará “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, cardenal por cardenal”. La llamada Ley del talión representó en su momento un incalculable avance en la materia, pues pretendía restablecer la justicia dañada, por un lado,resarciendo a la víctima con un trato al ofensor igual, literalmente, al que éste le había aplicado; por otro, mucho más importante, se trataba de un verdadero código (Éxodo, XXI-XXII) que establecía penas conforme al delito cometido y no en razón de su autor: los que estaban obligados a hacer justicia eran los gobernantes y, por cierto, no a su arbitrio, sino bajo una severa relación abstracta quecorrelacionaba posibles actos ilícitos con su castigo correspondiente. Dicho de otra forma: los individuos afectados no tenían la potestad de cobrar venganza por sí propios, a riesgo de incurrir ellos mismos en falta; las autoridades debían dispensar a los culpables el castigo proporcional a su actuar; éste no dependía de su espontáneo juicio, sino de un manual en el que se determinaba la sanción...
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