EL ALAMA DE LA TOGA

QUIÉN ES ABOGADO
Participamos de honores que no nos corresponde y de vergüenzas que no nos afectan.
Queda expresado en el teorema de que Pio Baroja “ya que no sirves para nada útil estudia para abogado”.
La abogacía no es una consagración académica si no una concreción profesional.
Para saber que quien no dedique su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales,será todo lo licenciado que quiera, pero abogado, no.
El bagaje cultural del alumno más aprovechado no pasa de saber de saber decir de veinticinco maneras.
No se puede vivir sin la universidad pero hay que cambiarla.
La enseñanza, tomada en serio, solo ofrece peligro de que el alumno resulte un teórico pedante.
El problema seguirá siendo el mismo, porque la formación cultural es absolutamentedistinta de la profesional.
El esclarecido ministerio del asesoramiento y de la defensa, va dejando en el juicio y en el preceder unas modalidades que imprimen carácter.
Paciencia sin mansedumbre para con el cliente.
Respeto sin humillación para el tribunal.
Cordialidad sin extremos amistosos para con los compañeros.
En el abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante queel tesoro de los conocimientos.
Primero es ser, bueno, luego, ser firme, después, ser prudente, la ilustración viene en cuarto lugar la paciencia, en el último.
No se hacen con el título de licenciado, si no con las disposiciones psicológicas, adquiridas a costa de trozos sangrantes de la vida.
LA FUERZA INTERIOR
El hombre, cualquiera que sea su oficio, debe fiar principalmente en sí.Fuera de en nosotros están todas las sugestiones.
Doctrinarismo contradictorio para sembrar la duda.
El sensualismo para para perturbar nuestra moral.
La crítica para desorientarnos.
El adversario para desconcentrarnos.
La injusticia para enfurecernos.
Nuestra labor no es un estudio si no un asalto y, a semejanza de los esgrimidores, nuestro hierro actúa siempre sometido a la influencia delhierro contrario.
Hemos de afrontar constantemente el peso de la injusticia.
Un hombre prudente no se forma por generación espontánea, sino como fruto de un considerado respeto a opiniones, convivencias, y estímulos del exterior.
El día que la voluntad desmaya el pensamiento titubea.
Cuando yo defiendo un pleito o doy un consejo es porque creo estoy en cierto y en lo justo.
Hacer justiciao pedirla
En la abogacía actúa el alma sola, porque cuanto se hace es obrar de la conciencia y nada más que de ella.
En nuestro ser, sólo en nuestro ser, hallase la fuerza de las convicciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estímulo para anteponer el interés propi.
Quien no reconozca estos tesoros, que no abogue.
De modo que no hay abogado irascible.Saber despreciar es el complemento de la fuerza interna
El abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten las dudas en ese punto debe cambiar de prefación.

LA SENSACION DE LA JUSTICIA
¿Dónde ha de buscar el abogado la orientación de su juicio, y las fuentes de su actuación?
¿Enel estudio del Derecho escrito?
La sociedad elige y determina, muchas veces a despecho de la fuerza coactiva del Estado.
La fuerza arrolladora de los hombres cristianos humanizo el concepto de la familia romana, variándolo en absoluto.
La fuerza ha logrado que cuaje el Derecho cristiano para la familia y pagano para el dominio.
Más lo que en veinte siglos no lograron la razón ni la piedad,lo está logrando en pocos años el empuje arrollador de las masas obreras.
Los atributos de usar y disponer que lo antiguo aparecían como cosa sagrada.
Las expansiones de la vida han creado en pocos años un derecho mercantil al margen de los Códigos y más fuerte que todos ellos.
Gobiernos liberales promulgan leyes de excepción.
Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de mira y de...