el alquimista

Páginas: 147 (36629 palabras) Publicado: 18 de noviembre de 2013
EL ALQUIMISTA (Paulo Coelho)
   Yendo ellos por el camino entraron en cierto pueblo. Y una mujer, llamada Marta, los hospedó en su casa. Tenía ella una hermana, llamada María, que se sentó a los pies del
Señor y permaneció allí escuchando sus enseñanzas. Marta se agitaba de un lado a otro, ocupada en muchas tareas.
Entonces se aproximó a Jesús y le dijo:-¡Señor! ¿No te importa que yo estésirviendo sola? ¡Ordena a mi hermana que venga a ayudarme!
Respondióle el Señor:-¡Marta, Marta! Andas inquieta y te preocupas con muchas cosas.
    María, en cambio, escogió la mejor parte, y ésta no le será arrebatada.
LUCAS, 10, 38-42

PRÓLOGO
    El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su  autor: OscarWilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.
    El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago.
Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lagoy se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.
    Pero no era así como OscarWilde acababa la historia.
    Él decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades -diosas del bosque- y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulceque era, en un cántaro de lágrimas saladas.
    -¿Por qué lloras? -le preguntaron las Oréades.
    -Lloro por Narciso -repuso el lago.
    -¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! -prosiguieron ellas-.
Al fin y al cabo, a pesar de quenosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
    -¿Pero Narciso era bello? -preguntó el lago.
    -¿Quién si no tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
    El lago permaneció en silencio unosinstantes. Finalmente dijo:
    -Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.
-Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.-¡Qué bella historia! -dijo el Alquimista.


PRIMERA PARTE
El muchacho se llamaba Santiago. Comenzaba a oscurecer cuando llegó con su rebaño frente a unavieja iglesia abandonada. El techo se había derrumbado hacía mucho tiempo y un enorme sicomoro había crecido en el lugar que antes ocupaba la sacristía.
Decidió pasar allí la noche. Hizo que todas las ovejas entrasen por la puerta en ruinas y luego colocó algunas tablas de manera que no pudieran huir durante la noche. No había lobos en aquella región, pero cierta vez una se había escapado por lanoche y él se había pasado todo el día siguiente buscando a la oveja prófuga.
Extendió su chaqueta en el suelo y se acostó, usando el libro que acababa de leer como almohada. Recordó, antes de dormir, que tenía que comenzar a leer libros más gruesos: se tardaba más en acabarlos y resultaban ser almohadas más confortables durante la noche.
Aún estaba oscuro cuando se despertó. Miró hacia arriba y vioque las estrellas brillaban a través del techo semiderruido.
«Hubiera querido dormir un poco más», pensó. Había tenido el mismo sueño que la semana pasada y otra vez se había despertado antes del final.
Se levantó y tomó un trago de vino. Después cogió el cayado y empezó a despertar a las ovejas que aún dormían. Se había dado cuenta de que, en cuanto él se despertaba, la mayor parte de losanimales también lo hacía. Como si hubiera alguna misteriosa energía que uniera su vida a la de aquellas ovejas que desde hacía dos años recorrían con él la tierra, en busca de agua y alimento. «Ya se han acostumbrado tanto a mí que conocen mis horarios», dijo en voz baja. Reflexionó un momento y pensó que también podía ser lo contrario: que fuera él quien se hubiese acostumbrado al horario de...
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