El Arpa Y La Sombra

Páginas: 200 (49825 palabras) Publicado: 15 de enero de 2013
el arpa
y
la sombra

por alejo carpentier

siglo XXI editores, s. a.

edición al cuidado de martí soler portada de anhelo hernández
primera edición, 1979 © siglo XXI editores, s. a. isbn 968-23-0382-6
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico

índice
I. el arpa [6]
II. la mano [23]
III. la sombra [75]

PARA LILIA

En el arpa,cuando resuena, hay tres cosas:
el arte, la mano y la cuerda.
En el hombre: el cuerpo, el alma y la sombra.
(la leyenda áurea)

I
EL ARPA

¡Loado sea con los címbalos triunfantes! ¡Loado sea con el arpa!...
salmo 150


Atrás quedaron las ochenta y siete lámparas del Altar de la Confesión, cuyas llamas se habían estremecido más de una vez, aquella mañana, entre sus cristaleríaspuestas a vibrar de concierto con los triunfales acentos del Tedeum cantado por las fornidas voces de la cantoría pontifical; levemente fueron cerradas las monumentales puertas y, en la capilla del Santo Sacramento, que parecía sumida en penumbras crepusculares para quienes salían de las esplendorosas luces de la basílica, la silla gestatoria, pasada de hombros a manos, quedó a tres palmos delsuelo. Los flabelli plantaron las astas de sus altos abanicos de plumas en el astillero, y empezó el lento viaje de Su Santidad a través de las innumerables estancias que aún la separaban de sus apartamentos privados, al paso de los porteadores, vestidos de encarnado, que flexionaban las rodillas cuando hubiese de pasarse bajo una puerta de bajo dintel. A ambos lados del largo, larguísimo camino,seguido entre paredes de salas y galerías, pasaban óleos oscuros, retablos ensombrecidos por el tiempo, tapicerías apagadas en sus tintes, que mostraban acaso, para quien los mirara con curiosidad de forasteros visitantes, alegorías mitológicas, sonadas victorias de la fe, orantes rostros de bienaventurados o episodios de ejemplares hagiografías. Algo fatigado, el Sumo Pontífice se adormeciólevemente, en tanto que se desprendían, por rango y categorías, los dignatarios del séquito, invitados a no seguir adelante, más allá de este u otro umbral, en observancia del estricto protocolo de las ceremonias. Primero, de dos en dos, fueron desapareciendo los cardenales, de cappa magna, con sus solícitos caudatarios; luego, los obispes, aliviados de sus mitras resplandecientes; después, loscanónigos, los capellanes, los protonotarios apostólicos, los jefes de congregaciones, los prelados de la recámara secreta, los oficiales de la casa militar, el Monseñor mayordomo y el Monseñor camarlengo, hasta que, faltando poco ya para llegar a las habitaciones cuyas ventanas daban al patio de San Dámaso, las pompas del oro, el violado y el granate, el moaré, la seda y el encaje, fueron sustituidos porlos atuendos, menos vistosos, de domésticos, ujieres y bussolanti. Al fin, la silla descansó en el piso, junto a la modesta mesa de trabajo de Su Santidad y los porteadores la levantaron de nuevo, aligerada de su augusta carga, retirándose con recurrentes reverencias. Sentado ahora en una butaca que le daba una sosegada sensación de estabilidad, el Papa pidió un refresco de horchata a SorCrescencia, encargada de sus colaciones y, luego de despedirla con un gesto que también se dirigía a sus camareros, oyó cómo se cerraba la puerta —la última puerta— que lo separaba del rutilante y pululante mundo de los Príncipes de la Iglesia, Prelados palatinos, dignidades y patriarcas, cuyos báculos y capas pluviales se confundían, en humos de incienso y diligencia de turiferarios, con los uniformes delos Camaristas de capa y espada, Guardias nobles y Guardias suizos, magníficos, estos últimos, con sus corazas de plata, partesanas antiguas, morriones a lo condottiero, y trajes listados en anaranjado y azul —colores a ellos asignados, de una vez y para siempre, por el pincel de Miguel Ángel, tan ligado en obras y recuerdo a la suntuosa existencia de la basílica.
Hacía calor. Como las...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Arpa Y Sombra
  • El Arpa Y La Sombra
  • El Arpa Y La Sombra
  • El arpa y la sombra
  • Análisis de “el arpa y la sombra”
  • AMALISIS DE LA NOVELA EL ARPA Y LA SOMBRA
  • El Arpa Y La Sombre
  • El Arpa Y La Sombra

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS