el comerciante: su función económica y social

El comerciante y su función social

La dignidad de la persona y sus derechos

La persona humana tiene derechos anteriores y superiores a toda ley positiva.
      Nacen estos derechos, sean individuales o colectivos, de la naturaleza humana, inteligente y libre.
      El ser humano es tan social, que es casi inconcebible sin los otros que han hecho posible su existencia. Mas a la vez es tanindividual, que no hay, ni ha habido ni habrá una persona igual a otra.
      Proceder conforme a la propia iniciativa es ser fiel a la naturaleza humana expresada en cada uno: sustancia individual de naturaleza racional, lo más perfecto que existe en la naturaleza.
      Ser-con-otros, realizarse con otros, es ser fiel a la naturaleza humana en su vertiente que llamamos social. Ello comportamuchas cosas: la entera historia humana. Es dar y recibir, sin medida. Cada uno actuando, como es deseable, según su propia vocación que, providencialmente, hace posibles las tareas diferenciadas, por haber aptitud innata para ellas; ello explica la diversidad de profesiones y oficios, es decir, toda la brillante manifestación del multiforme espíritu humano. Ello llega a darse mediante lacomunicación en todas sus formas: civilización, bienes de la cultura, intercambio, hablar, entender, presentar lo visto o inventado, servir y ser servido... En el caso del comerciante, comerciar.

La persona en el mundo del comercio

     La vida económica comprende las relaciones humanas que tienen por fin la adaptación de los recursos terrenos a las necesidades y aspiraciones humanas.
      Como losfenómenos económicos son del dominio humano, del reino del hombre, su interpretación exige un conocimiento tan certero como sea posible de la naturaleza humana –recordando lo que decía Blaise Pascal: que el hombre supera infinitamente al hombre– lo mismo que de los factores imponderables de orden psicológico y moral que afectan la actividad humana. En todo ello ha de intervenir una filosofía dela persona, implícita o explícita, que haga recordar el origen, destino y valor de los seres humanos con respecto de los demás y las relaciones de los hombres entre sí.
      El uso del derecho de propiedad, de los bienes productivos y de la capacidad de intercambiar que a lo largo del tiempo cristalizó en el comercio, es algo legítimo. Pero el sentido de la convivencia y la ponderación delsentido de la vida relacionan todo aquello con la obligación de fraternidad –que es el primero de los derechos humanos–, con la justicia –que dispone dar a cada uno lo suyo y que obliga a diferentes sujetos según se trate de la justicia conmutativa, de la distributiva y de la social–, lo mismo que con el ejercicio de la caridad en su sentido evangélico de poner por obra lo que es bueno y útil para elprójimo, de actuar conforme a la disposición del ánimo de que "lo mío es tuyo", y con la práctica de la magnificencia, que es la liberalidad para grandes gastos en beneficio de otros y la disposición para realizar grandes empresas.


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      En esta visión, la iniciativa privada, ya individual o ya asociada, no puede ser limitada más que en la medida en que lo exija, con toda evidencia, elbien común. Porque importa mucho, en efecto, conservar los dos grandes estímulos de la producción y el comercio, que son la perspectiva del acceso a la propiedad y la concurrencia legítima. Es por ello que sólo en caso de guerra o de escasez nacional o de abusos graves y manifiestos, el Estado tiene, no sólo el derecho, sino el deber de instaurar un régimen especial que tenga por fin impedir losacaparamientos y las especulaciones que lesionan al prójimo, sobre artículos de consumo indispensables.
      El valor es la expresión de un juicio del espíritu formulado para fines eminentemente prácticos, a propósito de las diversas operaciones humanas que intervienen en la vida económica: venta, arriendo, contrato de trabajo, aportación a una sociedad, partición.
      Todo acto de este...