El crimen de lord Arthur Savile
En el año 1851 se realizó en Londres la Gran Exposición Mundial del Trabajo y la Industria. dicha
exposición le sirvió a Inglaterra para mostrarse como una potencia industrial, científica y moderna. Se
inició así y aquí el conocido nombre del Primer mundo.
Como contracara también expuso, con el paso del tiempo, la fragilidad de una industrialización que fue
dejando desempleo, las máquinas en reemplazo del hombre. En lo social, la brecha entre la clase aristocrática, rica y dueña de la mayor parte de las tierras; la clase media, comerciantes, industriales,
banqueros, que a diferencia de los nobles aristócratas pagaban impuestos; y la clase trabajadora,
formada por obreros y los indigentes que vivían de la caridad.
No todas las cosas funcionaban bien, pero los ingleses tenían la convicción de que los males podían
corregirse y que la meta del país era una organización armónica y una sociedad basada en la justicia y
el equilibrio. La clave de la ideología victoriana era la doctrina del reformismo progresista: todo podía
ser mejorado. La moral victoriana construyó la idea de un mundo feliz donde todo era aparentemente
bello, puro e intachable. Se construyó así una realidad para “la exposición”, pero en algún pasadizo secreto estaban escondidos
la transgresión, el desencanto y la picardía. Los intelectuales de este período no tardaron en mostrar el desencanto y la insatisfacción.
En este contexto político, social y económico, surge un grupo de escritores y artistas que buscaban
nuevos estímulos, nuevos motivos. Uno de esos escritores es Oscar Wilde. Su vida estuvo marcada
por el snobismo y la excentricidad. Fue duramente castigado por esto. Podría decirse que vivió de la
misma ...
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