EL CUERPO Anecdota De Jorge Castro

EL CUERPO (anecdota de papá)
9 de marzo de 2015 a la(s) 13:04
A través de los años, mi admiración por la personalidad de papá siempre ha crecido cuando, con el paso del tiempo, he podido comprenderlas sutilezas que encerraban las enseñanzas que nos iba repartiendo en el diario vivir y siempre como quien no quiere la cosa.
Cuando Lucy y yo íbamos a Veracruz a pasar el verano teníamos bienrepartido el tiempo. Lucy se enganchaba al brazo de mamá y se convertía en su sombra porque  la acompañaba a todos sus quehaceres diarios, mientras que a mí me complacía mucho ir al despacho con papá paraayudarlo en lo que pudiera o quisiera que hiciera, y luego, cuando mamá y Lucy regresaban,  íbamos en el coche con Julio el chofer a hacer su recorrido diario por los diferentes encargos y tareas comoel correo, los bancos, las revistas etc., etc.
La verdad es que generalmente papá era un hombre de pocas palabras, decía lo que debía y nunca se extralimitaba. Era enemigo de los chismes y nuncahablaba mal de nadie. Pero cuando estaba en confianza y se relajaba se podía ver en su rostro esa serena complacencia de comunicar algo desde su interior, con mesura y positivismo y muchas veces aflorandocon una franca sonrisa que a veces llegaba hasta la sonora carcajada. En otras ocasiones abordaba temas que en un primer  momento me dejaban algo descontrolado pero que con el paso del tiempo me hanhecho ver la sabiduría de sus palabras.
Una mañana veraniega estábamos en su despacho y  mientras él despachaba su correspondencia en su adorada máquina de piñón intercambiable yo ponía discos de sugusto y hojeaba revistas mientras estaba pendiente de lo que necesitara. De repente se volvió hacia mí y me dijo: ¿te importaría ir a la tienda a comprar una coca-cola para que nos la tomemos? La verdades que nos supe si lo que quería es echarme de su lado o si de verdad quería beber un refresco pero me paré como un rayo y salí en busca de la bebida. Cuando regresé él había terminado con  su...