el emisario de infierno

Es casi media noche y yo estoy sentado en mi sillón preferido, mirando la tele; un programa de media noche, pero mi mente está en otro lado como estuviera fuera de mi cuerpo. Un escalofrío recorre mi cuerpo y de inmediato vuelvo en sí, un frio infernal en la habitación, me levanto, salgo al baño, me tomo un sorbo de agua y vuelvo otra vez a ver mi programa pero esta vez me meto dentro de micama, pienso que me encuentro despierto pero en realidad estoy en un sueño profundo. Alguien aparece de repente arrodillado al pie de mi cama pero yo me encuentro inmóvil; me pregunta:
-¿Cómo te sientes?
Yo lo miro de reojo, es un hombre con gabán negro y de muy buen aspecto me sonríe y me pregunta:
-¿crees en Dios?
Yo no puedo gritar pero yo sabía en mi interior que las cosas sobrenaturalesnunca me han asustado y respondo:
-claro, pero sea lo que seas no te tengo miedo.- De inmediato recupero el aliento y salgo disparado a prender el foco sin saber que fue lo que paso.
Yo era un hombre solitario y a pesar de haber estado casado y tener hijos preferí hacer parte del club de los hombres separados, era un hombre feliz al principio de mi relación, pero con el tiempo me convertí enuna persona nada grata para todos, era un fastidio hasta para mi hijos pues me sentía superior a toda la gente que me rodeaba, por eso mi esposa y mis hijos me alejaron, y me convertí en un hombre siempre irritado y para nada tolerante. Yo frecuentaba sitios nada gratos como bares y era un apostador compulsivo; pero claro nunca perdía mi elegancia y el porte que me caracterizaba.
Había algo enmí que muchas personas quisieran tener, era espiritual y amaba a Dios sobre todas las cosas más que a mis propios hijos, me intrigaba o mejor dicho me asustaba perder mi alma y que se fuera al infierno me atormentaba, decía que había sufrido mucho en la tierra como para seguir su sufrimiento eternamente.
Mi vida con Dios era única, asistía a cultos evangélicos y ayunaba bastante, pero cuandosalía de allí era como otra persona volvía y caía bajo decaía mi espiritualidad, era como una guerra entre dioses o fuerzas ocultas, unos tratando de que él fuera una gran persona y otros colocando trampas para ser un humano detestable.
Pero esa noche yo comprendí que mi alma estaba perdida que lo que me había visitado esa noche era un demonio y no me lo había imaginado, me sentí tan triste peroquise hacerle frente a mi destino, así que me llené de valor y esa misma noche hice frente a mi perseguidor.
Me dormí profundamente y aquel hombre apareció, yo en vez de temerle me senté y le hablé:
-¿Qué quieres?
-no te lo diré, lo único que te diré es que soy el emisario del infierno y mi misión es llevarte para que seas juzgado, ¿sabes? tienes en guerra a todos, pero fuiste pesado y estasfalto así que no te daré mas tregua, Acompáñame y si tienes razones valederas para regresar a tu cuerpo, serás muy integro y sabio.
Yo me levante y lo seguí, el camino era algo oscuro pero cuanto más nos acercábamos habían luces brillantes por todas partes como algo fluorescente, y allí vi dos personas apostadas a una gran puerta de cristal, con un cerrojo bien grande, estos hombres abrieron lapuerta, incrédulos, sus miradas eran frías y muy fijas, además sus vestiduras eran cálidas. Entramos los dos y tras la puerta había una especie de círculo y en ella dos grandes hombres, no por su contextura sino por su grandeza espiritual. Lo primero que me dijeron fue:
- tienes tenacidad pues eres muy audaz para estar presente ante nosotros y con las peores vestiduras para venir aquí.-
El primeroque hablo era muy sincero y muy amable pues no cabía duda que era alguien que me conocía muy bien y quería que regresara, el segundo en cambio hacia muchos juicios contra mí y tocaba todos los temas de mí vida como si yo fuera un desalmado sin pudor. El estupor de su voz, y un olor que salía cuando hablaba me estremecía todo hasta el cuerpo a un sabiendo que no lo llevaba.
y esta vez quede...