El Enfrentamiento Entre La Iglesia Y Pérez Jiménez

El enfrentamiento entre la Iglesia y Pérez Jiménez
La Iglesia católica jugó un papel preponderante en la conquista de la democracia durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Manuel Caballero realiza un recuento de los momentos cumbres de esta pugna
En estos días, y por razones que sería vano exponer, tan a la vista están, se ha estado recordando el enfrentamiento de la dictadura de MarcosPérez Jiménez con la Iglesia católica, que precedió de poco a la caída del régimen. Esa situación no se presentó toda de una vez, sino que se pueden señalar tres momentos _para no hablar de etapas_cada uno con una serie de aspectos y podría decirse problemas específicos. Ellos son: la pastoral del arzobispo de Caracas el 1 de mayo de 1957; el enfrentamiento en la prensa promovido por el ministro delInterior, Laureano VallenillaLanz ("Laureanito"); por último, el enfrentamiento abierto con toda la Iglesia y no sólo con su jerarquía. I El 1 de mayo de 1957, fue leída en todas las iglesias de Venezuela una pastoral del arzobispo de Caracas, monseñor Rafael Arias Blanco. El motivo era la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores (designación primaria desde fines del siglo XIX)pero que la Iglesia católica celebra como el día de San José Obrero). Hay tres cosas a decir, por sobre todas las otras, en cuanto a esa pastoral: 1. La celebración de ese día por parte de la Iglesia católica forma parte de lo que sus partidarios suelen llamar "la doctrina social de la Iglesia", comenzada por la encíclica Rerum Novarum en el siglo XIX y continuada en el siglo XX con la encíclicaQuadragesimo Anno. Se trataba de la preocupación de la Iglesia por lo que en tiempos de León XIII se llamaba la "decristianización de las clases obreras", influidas por socialistas, comunistas y anarquistas que por encima de sus peleas intestinas tenían como característica común ser de tendencias políticas ateas. En este caso, se trataba de arrancar a estos movimientos obreros uno de sus símbolos, el1 de mayo, recordando el abolengo proletario de Jesucristo. 2. Después de la caída de la dictadura, se filtró acaso interesadamente a la prensa que el arzobispo no había escrito esa pastoral en el encierro de su biblioteca, sino que había recogido la opinión de sacerdotes y laicos a todo lo largo y ancho de Venezuela. Hacer saber esto interesaba a la Iglesia para que se supiese que no era cosasólo de la jerarquía sino de la Iglesia toda. En la época en que eso se reveló, en 1958, esa aclaratoria era inútil: los hechos habían demostrado que tal cosa era cierta. En todo caso, lo que monseñor Arias plasmó en su pastoral no era obra de un subitáneo rapto de inspiración, mucho menos de un capricho o de la enemistad personal o política contra el régimen o sus personeros; sino que recogía laopinión mayoritaria si no unánime de la Iglesia, del "pueblo de Dios". 3. En tercer lugar, la encíclica no tenía nada de sensacional e inédito. Lo que allí se decía ya hacía tiempo que la Iglesia lo venía proclamando en todas partes del mundo: si se quería salvar el alma obrera, no iban a entrar allí negando lo que estaba a la vista de todo el mundo, o sea la desigualdad y la pobreza. Sobre todo, noera un manifiesto político, y menos un panfleto contra la dictadura. II Es por eso que llama la atención la reacción de la dictadura frente a la pastoral. Llama la atención porque desde hacía dos años se había refugiado en Caracas el general Juan Domingo Perón, cuyo enfrentamiento con la Iglesia (que llegó hasta la quema de iglesias por las turbas peronistas, como si esos idólatras del poder fuesenanarquistas) había sido la puntilla que dio al traste con su gobierno, que ya se había hecho una buena cantidad de enemigos. Al Gobierno le convenía "pasar agachado", desentenderse de la pastoral y dejar que sus palabras, por lo demás nada subversivas, se disolviesen en el olvido. Pero eso era olvidar tres elementos dos de los cuales acompañan a toda dictadura, y el tercero circunstancial. 1....