El Esplendor De La Vida Consagrada

El Esplendor de la vida consagrada (Capitulo 13 – 20)

Por medio del libro soy exhortado por el Señor a estar atento a la escucha de su voz, a ser obediente pero no entendiendo ni viviendo la obediencia como una carga onerosa, sino como un “alimento” que fortalece y vigoriza. Pues “la obediencia no es una invención de los hombres, sino la expresión misma del ser de Dios. Dios no quiereintroducirme por medio de la obediencia en una relación de dependencia, de sumisión, ni siquiera de conciliación, sino en una relación de Amor”.
¿Pero como estar atento a la voz del Señor con mi condición de ser humano imperfecto y desobediente? Pues previamente a esta obediencia se requieren una serie de pasos: para aprender, necesariamente debo escuchar; y, para escuchar, es preciso que calle;finalmente, al escuchar con docilidad, obedeceré lo escuchado.

Este silencio que se me pide, se trata de un silencio profundo, mas interior, que se produce al palpar mi autentica naturaleza, en este silencio está el comienzo que consiste en buscar primeramente el Reino de Dios. Este silencio puedo encontrarlo en la contemplación por medio de la oración, de rezar, que no es oírme hablar a mí mismo,sino llegar a callarme, y permanecer callado, aguardar: hasta que el orante, “yo”, oiga a Dios.
No es algo fácil debo ser humilde y dejarme moldear, “si soy , seré , porque me sabré necesitado de ser enseñado, guiado, sostenido”. Siento que cada palabra de este texto que creo es inspirada por el Espíritu me habla personalmente y me dice: >. “El humilde, escuchando con total docilidad, como unautentico discípulo, llega a ser entonces como un verdadero .

Esta obediencia soy consiente y repito no es fácil y menos aun en el camino de seguimiento del Señor por el que he optado, sé que me exige renuncias como me lo dice el Señor por medio de su palabra: “Cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mio” (Lc 14, 25-27.33), quisiera retroceder el tiempo ycambiar tantas cosas que de una u otra forma lo que han hecho es alejarme del amor de Dios, pero no puedo hacerlo, ahora debo iniciar de nuevo, comenzar a configurarme con Cristo llegar a hacer cosas grandes como las que el hizo, adentrarme a un camino de perfección, pero este camino de perfección pasa por la cruz.

No tengo miedo de seguir este camino pues tengo fe en aquel que nunca defrauda, apesar de todas las renuncias y pruebas que deba hacer, y mas aun gracias a ellas, es camino de luz, sobre el que vela la mirada del Redentor. “La persona que por el poder del Espíritu Santo es conducida progresivamente a la plena configuración con Cristo, refleja en sí misma un rayo de la luz inaccesible y en su peregrinar terreno camina hacia la Fuente inagotable de la luz”. Como discípulo quesoy del Señor lo más importante es precisamente que debo ser como Cristo, para que como él mi obediencia llegue a hasta la entrega de la vida: “El amor sin sacrificio no es sino un cómodo egoísmo”.

Tengo claro que “la vida del discípulo necesita una severa disciplina externa”, pues el espíritu esta pronto pero la carne es débil, por eso, debo de velar y orar sin desfallecer. Pongo toda miconfianza solo en el Señor mi Dios, me abandono a él, deseo despojarme totalmente del hombre viejo renovando el espíritu de mi mente, y revistiéndome del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad”; y precisamente ese camino que conduce a la santidad “conlleva, pues, la aceptación del combate espiritual”.

Algo que me ha tocado profundamente y me lleva a cuestionarme yquerer cambiar radicalmente es el siguiente versículo del Libro de los Filipenses que me exhorta a una total humildad de corazón: “Nada hagáis por ambición, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando a los demás como superiores a uno mismo, sin querer buscar el propio interés sino el de los demás. Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina,...