El Femininismo
Francesca Gargallo Celentani
En el límite entre filosofía y literatura y entre
práctica militante y teoría se ubica la mayoría
de las experiencias de la cultura de las mujeres latinoamericanas, cuyo pensamiento ha
expresado, desde la época colonial, su dificultad para aceptar y ser aceptado por el sistema
hegemónico de transmisión de saberes y de
creación de ideas y dearte.
Poetas y pensadoras como la mexicana Juana Inés de la Cruz (1651-1695), narradoras
como la brasileña Teresa Margarida da Silva
e Orta (1711-1793) y militantes socialistas co
mo la peruana Flora Tristán (1803-1844) manifestaron en poemas, cartas, novelas, ensayos y proclamas su derecho a ser mujeres de
estudio y de lucha en un mundo que las rechazaba por ello. No obstante, no fue sinohasta el siglo xix cuando la escritora antiesclavista argentina Juana Manso (1819-1875)
formuló la necesidad de una educación popular y de la instrucción filosófica libre del dogma para la emancipación moral e intelectual
de las mujeres —y la reunión de las así educadas para renovar el país y corregir sus males
morales— que se expresó abiertamente una
posición política feminista. Ésta fue retomadaa finales del siglo por maestras y escritoras. La mexicana Rita Cetina Gutiérrez (18461908), iniciadora del movimiento La Siempre
viva; la hondureña Visitación Padilla (18821960), fundadora del Boletín de la Defensa
Nacional, y otras en todos los países de la región, exigieron el derecho de las mujeres a la
educación, a la no injerencia de la mirada
masculina sobre sus vidas y, posteriormente,
alvoto, con lo que dieron inicio a un movimiento feminista, esto es, un movimiento de
mujeres y sobre la condición de las mujeres,
en América Latina.
El cruce entre todas las formas de expresión para manifestar el pensamiento de las
mujeres es particularmente claro en la obra
de Juana Inés María del Carmen Martínez de
Zaragoza Gaxiola de Asbaje y Ramírez de San
tillana Odonojú, conocida como sorJuana o
como Juana Inés de la Cruz, de quien dice María del Carmen Rovira: “La poetisa es la primera autora que en la tradición filosófica me
xicana después de la conquista emplea la vía
poética para la expresión de contenidos filosóficos” (Rovira, M. del C., 1995, p. 109). Su propio maestro, José Gaos, había escrito en 1960:
“El Primer sueño, poema de Sor Juana Inés de
la Cruz, pertenece a lahistoria de las ideas en
México” (Gaos, J., 1960, p. 54).
El protofeminismo individual de la monja
jerónima ha sido estudiado y rescatado en los
últimos cincuenta años por literatas y escritoras, así como por críticos y ensayistas hombres, que han visto en la Décima Musa no sólo
la mejor poeta del barroco en lengua española,
sino a una mujer que tuvo que enfrentar por
su doble condición, femenina yamericana, la
represión, la censura y la amenaza (Lorenzano, S., 2005).
Hija ilegítima de una criolla y un canario,
nació en el pueblo de San Miguel Nepantla, en
una zona habitada mayoritariamente por población de lengua náhuatl, misma que aprendió y en la que escribió desde los siete años de
edad para sostener, implícitamente, que españoles e indios, mujeres y hombres están dotados de igualcapacidad para argumentar sobre
temas como la religión, el derecho, el amor y
la obediencia.
A pesar de que nunca hace referencia en
sus cartas, sonetos y obras de teatro a la leyenda de La Malinche —esto es, la figura mítica
de doña Marina Malintzin, princesa totonaca
que fue regalada por el cacique de Tabasco a
Hernán Cortés para que le sirviera de esclavaintérprete, y que fue convertida por lacultura
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la filosofía del feminismo
mexicana colonial en la mujer que simboliza
la traición a su raza; la mujer que pierde a su
pueblo por su pasión sexual convirtiéndose en
la primera madre de un mestizo—, sor Juana
representó la figura terrenal de la mujer novohispana que se rebela y desmiente la debilidad
amorosa de las mujeres todas. De hecho, si la
historia de Malinche sirvió para...
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