El Fin Del Milenio
Por primera vez en dos siglos, el mundo de los años noventa carecía de cualquier sistema oestructura internacional. El hecho de que después de 1989 apareciesen decenas de nuevos estados territoriales, sin ningún mecanismo para determinar sus fronteras, y sin ni siquiera una tercera parte quepudiese considerarse imparcial para actuar como mediadora, habla por sí mismo.
El único estado que se podía calificar de gran potencia, en el sentido en que el término se empleaba en 1914, era losEstados Unidos. No está claro lo que esto significaba en la práctica. Rusia había quedado reducida a las dimensiones que tenía a mediados del siglo XVII. Nunca, desde Pedro el Grande, había sido taninsignificante. El Reino Unido y Francia se vieron relegados a un estatus puramente regional, y ni siquiera la posesión de armas nucleares bastaba para disimularlo. Alemania y Japón eran grandes potenciaseconómicas, pero ninguna de ellas vio la necesidad de reforzar sus grandes recursos económicos con potencial militar en el sentido tradicional, ni siquiera cuando tuvieron libertad para hacerlo,aunque nadie sabe qué harán en el futuro.
Los habitantes de estados fuertes, estables y privilegiados (la Unión Europea con relación a la zona conflictiva adyacente; Escandinavia con relación a lascostas ex soviéticas del mar Báltico) podían creer que eran inmunes a la inseguridad y violencia que aquejaba a las zonas más desfavorecidas del tercer mundo y del antiguo mundo socialista; pero estabanequivocados. La crisis de los estados-nación tradicionales basta para ponerlo en duda. Dejando a un lado la posibilidad de que algunos de estos estados pudieran escindirse o disolverse, había unaimportante, y no siempre advertida, innovación de la segunda mitad del siglo que los debilitaba, aunque sólo fuera al privarles del monopolio de la fuerza, que había sido siempre el signo del poder del...
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