El misterio de aquella noche
Aquella noche suspendí preocupaciones, atenciones y discusiones pendientes, centre mi atención en lo más hermoso que pude encontrar al elevar mi mirada, La luna.¿Cómo era posible que estuviera suspendida de la nada? ¿Por qué solo en las noches aparecía? Supuse que intentar resolver esas dudas era algo así como intentar resolver un trinomio cuadrado perfecto enpreescolar, entonces solo calle mi mente y empecé a imaginar una de esas historias desequilibradas, en la que los únicos protagonistas éramos mis estúpidos sueños infantiles y yo.
Conté alrededorde 337 estrellas, ya imaginaras cuan de bello fue aquel crepúsculo. Inmerso en él, pude fantasear uno y mil momentos, que digo fantasear, lamentar, o mejor dicho, recordar. Todos aquellos momentosperdidos, oportunidades enviadas al carajo, en respuesta a una “responsabilidad” ¿Eran en realidad nuestras responsabilidades la causa de nuestra felicidad? Justo en ese tris fugaz fue que recordé laspalabras de mi profesor en secundaria, “Yo no encuentro otra finalidad por la cual estar aquí si no es para ser feliz”, ¿En realidad era feliz? ¿En realidad estaba cumpliendo con esa finalidad? No cabeduda que mis responsabilidades me mantenían atada a una eminente infelicidad, entonces, ¿Por qué tomarlas? Por qué no simplemente deslindarme de ellas y vivir “feliz”, ¿Cómo debía iniciar? ¿Enrealidad eso me haría feliz? Sin lugar a dudas, una noche con infinidad de interrogantes que quizás algún día logre descifrar, por ahora mi razón solo puede deducir una cosa; vive feliz, vive triste, vive...
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